Esa profunda sensibilidad
social y humana que toda la vida, y de manera ejemplar, caracterizó la
personalidad de ese extraordinario ser llamado Juan Bosch (1909-2001), fue
puesta de manifiesto por este gran hombre no tan sólo en su actitud ante los
desgarradores problemas sociales y políticos de su pueblo y de todos los
pueblos hermanos de América Latina, sino también en su justa valoración de la
niñez. Y es que Don Juan sintió un amor especial hacia los niños, amor del que
pueden dar testimonio aquellos que lo conocieron de cerca y que tuvieron cierta
aproximación a su entorno familiar. Su capacidad para comprender el mundo de
los infantes era admirable. En Simón Bolívar, biografía para escolares
(Caracas, Editora Escolar, 1960, p. 16) él nos dice: “Cuando un niño nace,
nadie sabe lo que hará en la vida. Por eso cada vez que un hogar se enriquece
con uno, es como si naciera una esperanza para el mundo”.
Bosch y el primer libro
de cuento infantil
El título de esta breve
reflexión sobre la presencia del insigne escritor Juan Bosch en la literatura
infantil dominicana nos trae a la memoria una extensa y hermosa historia
infantil, ambientada en esa mágica época del año que es la Navidad, publicada
por el maestro del cuento hispanoamericano en 1956. Nos referimos a Cuento de
Navidad, obra editada en Santiago de Chile por la editorial Ercilla y con la
que Bosch se convierte en el primer escritor dominicano en publicar un libro
dentro del género denominado cuento infantil.
Dos años después, en
1958, la Editorial Cordillera de Caracas (Venezuela) es la responsable de la
segunda edición de Cuento de Navidad. En una breve nota de los editores que
aparece en la cubierta ilustrada de la tapa se dice lo que a continuación
citamos:
“Este encantador Cuento
de Navidad está llamado a causar una inolvidable impresión en sus lectores,
sean niños o adultos. Se cuenta en él, con el más exquisito buen humor, la
historia de los Reyes Magos y de San Nicolás, la misma leyenda milenaria que
los pueblos católicos han venido oyendo desde tiempo inmemorial; pero en este
libro esa leyenda, sin perder nada de su conmovedora ternura, tiene una
atmósfera nueva. Gracias a ella nuestros antiguos conocidos –Dios, San Gabriel,
San José, Gaspar, Melchor, Baltasar, el anciano San Nicolás- se convierten en
amigos, se tornan en personajes de nuestro mundo emocional; cada uno de ellos
tiene características que lo hacen familiar y lo humanizan”.
Con Cuento de navidad
inicia Juan Bosch la publicación de libros de cuentos infantiles en la
literatura dominicana, pues aunque de 1923 son los Cuentos de la nana Lupe, del
gran humanista dominicano Pedro Henríquez Ureña, dichos textos vieron la luz
pública de manera dispersa, no en volumen, en el periódico El Mundo, de México,
país donde Henríquez Ureña vivió durante varios años, realizando allí una
fecunda labor educativa y cultural. Bosch y Henríquez Ureña mantuvieron, desde
1932, una relación de amistad basada en la admiración y en el respeto mutuo.
Bosch y sus primeros
textos infantiles
Constituyó para nosotros
una indescriptible y agradable sorpresa el hallazgo, en 1999, de tres
cuentecitos infantiles, más bien fábulas, de la autoría de don Juan : “El
General Don Gallo” y “Don Gato y Don Ratón” fueron publicados por él, con el
seudónimo de “Juan Niní”, en el número de la revista Alma Dominicana
correspondiente al bimestre septiembre-octubre de 1934, específicamente en la
sección titulada “Por el niño y para el niño”; y “El negocio de doña Hormiga”
apareció, firmado con el seudónimo de “Juanito Niní”, en el mismo órgano, pero
en agosto del citado año. Ninguno de esos textos narrativos ha sido recogido en
volumen, lo cual consideramos injusto.
De los tres cuentos, “El
General Don Gallo” nos parece el más interesante por su contenido reflexivo y
su valor didáctico. El cambio de actitud de Don Gallo al tomar conciencia de lo
negativa que es la vanidad, transmite una hermosa enseñanza válida para los
infantes, pero también para los adultos. Leamos la parte final del cuento:
“Cuando volvió al pueblo,
era ya tan viejo que no podía con el machete y casi no veía, a pesar de haberse
comprado unos espejuelos muy buenos en la tienda de Doña Pata. Entonces se
quedó asombrado, al comprobar que ya la señorita Polla era una madre de
familia, con once pollitos de los más graciosos, que ni siquiera quiso oírle.
“Don Gallo, pues ya no
quería ser General, colgó su viejo machete de un clavo, en un palo del patio, y
decidió hacerse maestro de escuela. Y lo que enseñaba, sobre todo a sus
discípulos, que eran jóvenes gallitos muy emperifollados, era esto:
—Si no dejan de ser
vanidosos, pueden fácilmente perder la cola cuando menos: La vanidad,
amiguitos, conduce infaliblemente, a la olla o al ridículo”.
Bosch y su último cuento
infantil
En 1983, específicamente
el 16 de julio, el suplemento cultural Isla Abierta, del diario Hoy, publica el
cuento “El culpable”, último texto infantil escrito por Juan Bosch a solicitud
del ilustre escritor Manuel Rueda, quien era el editor de dicho suplemento. Ese
cuento fue recogido, luego, en la antología Cuentos dominicanos para niños,
editada por Jacinto Gimbernard Pichardo en el año 2000 bajo el auspicio de la
Fundación Corripio.
En su valiosa obra Juan
Bosch: Imagen, Trayectoria y Escritura. Tomo I: Imágenes de una vida (Santo
Domingo: Comisión Permanente de la Feria del Libro, 2000), Guillermo Piña
Contreras se refiere a ese cuento en los siguientes términos:
«"El Culpable",
escrito a petición del poeta Manuel Rueda para incluirlo en una antología para
niños, representa una suerte de construcción en abismo de las razones por las
que abandonó la literatura: se trata de un viejo que había ganado fama entre
sus familiares como creador de historias que fascinaban a los niños, hasta el
día en que contó a uno de sus sobrinos la última historia que había inventado,
la de un brujo capaz de transformarse en lo que quisiera. Al notar que a su
sobrino no le llamaba la atención la habilidad del personaje y que, además, le
replicaba con insolencia que lo que hacía el brujo no tenía nada de
extraordinario porque Supermán lo hubiera hecho mejor... El viejo narrador se
enfada.
¿Qué nos quiere decir
Bosch con esta historia 19 años después de haber escrito "La Mancha
indeleble"? –se pregunta Piña Contreras, y él mismo contesta-: Las
interpretaciones son múltiples, aunque nos quiere hacer comprender que la
literatura actual había evolucionado tanto que no era posible hoy una
literatura como la que él hacia cuando interrumpió su obra de ficción. Ahora
había otra mentalidad, otra literatura latinoamericana, la que hacían Julio
Cortázar, Gabriel García Márquez, Alejo Carpentier, Carlos Fuentes y Mario
Vargas Llosa, entre otros. "El Culpable" es en realidad una picada de
ojo, a buen entendedor... »
Bosch y la leyenda
La leyenda es una
narración fabulosa, mezcla de ficción y realidad, a veces de superstición y
verdad histórica, que se transmite de manera oral y que, luego, los narradores
la recrean y transmiten en forma escrita, constituyendo valioso y entretenido
material de lectura que despierta el interés de los niños, de los jóvenes y
también de los adultos.
Con Indios: apuntes
históricos y leyendas (Ciudad Trujillo: Editorial La Nación, 1935), el insigne
maestro Juan Bosch se convierte, hasta donde sabemos, en el primer escritor en
escribir, y dar a conocer en volumen, leyendas con las que, al decir de Manuel
Antonio García Arévalo,
“Enriqueció el acervo
histórico y literario dominicano en una época en que el Indigenismo representó
la búsqueda de nuestra identidad cultural, a través del rescate de las
tradiciones, costumbres y leyendas de Quisqueya” (“Presentación” de la segunda
edición de dicha obra: Santo Domingo, Ediciones Fundación García-Arévalo, 1985,
pág. 10).
Son tres las leyendas
contenidas en la obra de Bosch: “La ciguapa”, “El destino de la tierra” y
“Atariba”. De esta última, quien luego habría de convertirse en uno de los
máximos exponentes del cuento hispanoamericano, publicó una versión para niños
bajo el título de “Cómo nació la Luna”, aparecida, en 1935, en la revista Alma
Dominicana. Leamos un breve fragmento de la versión original de la leyenda
“Atariba”:
“Niguayona lloraba de
alegría.
—¡Oh padre río, padre
río! —dijo—: déjame pasar, que debo encontrar caimoní para la niña Atariba.
—¡No! —dijo el río con un
vozarrón que asustaba—. Con esta luz podemos encontrarle en mis orillas. Súbete
en mi lomo; yo te llevaré.
El niño pensó que estaba
soñando. Pero subió en el lomo del río y vio cómo los árboles de las orillas se
quedaban atrás, atrás, atrás. Iba sobre las aguas, como una hojita seca, y
cruzada chorreras, charcos hondos, recodos y revueltas. Siempre estaba a su
lado la anona, como si hubiera caído en el río sin dejar de estar en el turey.
A mucho andar habló el
río.
—Voy a detenerme aquí
para que busques caimoní —dijo—.
Niguayona se impresionaba
con aquella voz tan potente, que llenaba de rumores todo el bosque, hacía mover
las hojas de los árboles y despertaba a los buenos pajaritos. Pero correteó
sobre el río, medio loco de contento. Buscó entre arbustos, entre troncos,
entre raíces. Encontró al fin fruta. Su contento era tan grande que desramó el
arbolito para arrancarle los racimos del rojo caimoní.
—Padre río: los dioses te
bendigan. Yo vuelvo a curar a Atariba.
—¡No! —rugió el Río—. Ven
sobre mí, que te dejaré cerca del poblado.
De nuevo subió al lomo de
las aguas el indiecito Niguayona. El padre río iba de rodeo en rodeo, camino
del lugar”. (En: Indios: apuntes históricos y leyendas. 2 ed. Santo Domingo:
Ediciones Fundación García-Arévalo, 1985, págs. 77-78).
Conclusión
Con la publicación, en
1934, de los tres breves cuentos infantiles en la revista Alma Dominicana; la
publicación, en 1935, de su leyenda “Cómo nació la Luna” en esa misma revista;
y la aparición, en 1956, en volumen, de su Cuento de Navidad, Juan Bosch ocupa
un lugar pionero en la literatura infantil dominicana desde el punto de vista
histórico-bibliográfico.
Miguel Collado |
MIGUEL COLLADO es uno de
los principales bibliógrafos de República Dominicana. Preside el Centro
Dominicano de Investigaciones Bibliográficas (CEDIBIL) y es asesor de la
Biblioteca Pedro Henríquez Ureña, además de ser autor de varios libros.
http://www.hoy.com.do/areito/2008/8/29/245427/print
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