jueves, 29 de abril de 2021

La niña que quiso ser reina de Jimmy Sierra y José Amado Polanco. Reseña por Leibi Ng

 


Continuando con la colección loqueleo para los más pequeños, +4 que se identifica con el color verde de su lomo, presentamos La niña que quiso ser reina, del autor Jimmy Sierra con ilustraciones magníficas de José Amado Polanco.

Historia forjada para combatir la vanidad, resalta los valores de naturalidad y amistad.¨

En la contraportada leemos:

«Nati es una niña muy hermosa que tenía muchos amiguitos en su barrio, pero un día le dio por ser reina y se apartó de los suyos para participar en un concurso de belleza. Al ganarlo, fue a parar a una exhibición. Por suerte, comprendió que aquello no era para ella y pudo regresar al barrio y reintegrarse a su comunidad».

«Este cuento enseña que los niños nunca deben sentirse superiores a sus compañeros y que no pueden confiar en personas y eventos desconocidos, pues pueden ser perjudiciales».

Desde la óptica actual en que la cirugía estética ha alcanzado niveles insospechados, esta historia es naturalista y sencilla.

Jimmy Sierra equipara a los seres humanos que han obtenido galardones como ejemplares preciosos con los animales del circo que son expuestos a la contemplación del público en jaulas. Entiendo que esta obra fue escrita hace mucho tiempo.

También critica el maquillaje excesivo como dañino lo cual es cierto, pero pone: "el maquillaje de todos los días" y esto no es así, ya que el cuidado diario de la piel ha alcanzado niveles positivos al poner la cosmética al servicio de la salud. Hago el señalamiento porque los pequeños lectores sentirán la contradicción entre lo que sucede en la historia y lo que observan diariamente en sus madres, hermanas mayores, personajes de la televisión y el cine, etc.

Al igual que Pinocho, Natividad se arrepiente dado el fuerte precio pagado como castigo. Lo que sí tiene valor es que ella, en lugar de tratar de borrar el pasado y empezar de cero donde nadie la conociera, retorna a su lugar de origen y reconquista a sus amigos quienes la querían por ser quien era, no por su apariencia.

«No hay mayor belleza que la amistad», más bien debe referirse a la belleza innata del ser, su carácter y personalidad y el cultivo de su conciencia, ya que aún para ganar un concurso de belleza se requiere de la ayuda de los amigos, pero para sentirnos bien con nosotros mismos, es un acuerdo con la propia persona.

Espero que esta obra permita a padres y maestros la oportunidad de equilibrar los argumentos evitando ideas radicales.

©Leiby Ng


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