viernes, 15 de octubre de 2021

La primera comunión de Laura, por Manuel García Arévalo. Ilustraciones: Alette Siimmons-Jiménez

 

Portada de La primera comunión de Laura


La primera impresión de esta obra se hizo en 1990. Conseguí un ejemplar y quedé maravillada dada la calidad de la misma. Sin dudas, es una obra muy importante para nuestra literatura dirigida a niños y jóvenes porque sus caracaterísticas muestran reglas esenciales del genero.

Voy a recordar la valoración hecha por el Dr. Julio Cuevas, catedrático de la U.A.S.D:

«En ese mismo año (1990), Manuel García Arévalo, publicó su obra “La Primera Comunión de Laura”. Un texto donde la familiaridad es levantada como parte de un convivir en armonía. Lo místico y el valor espiritual recorren los entramados de esta narrativa.

Laura simboliza la pureza, la bondad y el sueño de alcanzar la felicidad. Es un discurso sustentado en la esperanza, en la fe y en la entrega de la familia en el hogar. El sentido de la abnegación y el valor ético, son llevados a un escenario de hechos, desde una narrativa argumental, donde las imágenes literarias son escasas, sin que esto obligue a un debilitamiento en el manejo del discurso que recorre los hechos en esta obra. Es una obra adecuada para niñ@s de 8 a 10 años, aproximadamente».


«Laura era una linda muchachita, de color melao y cabellos rizos, que ayudaba a su mamá en los oficios de la casa.

Barría con una escoba de guano, limpiaba el arroz en un jigüero, daba de comer maíz a las gallinas cosechaba habichuela en el conuco y buscaba agua en el río para llenar la tinaja.

A Laura le gustaba darle pedacitos de pan y galleta a su cotorra que se llamaba Lolita y recogía en una batea desperdicios de comida, como cáscaras de plátano y de batata, para dárselos a Bolonio, que era un puerquito muy retozón que Laura y su mamá estaban criando para venderlo en Navidad».


Esta muestra de la obra La primera comunión de Laura, resalta la eficiencia del lenguaje directo de García Arévalo. Oraciones cortas y ágiles que comunican una atmósfera auténticamente dominicana, de una época contemporánea y llena de imágenes tiernas que la mayoría de personas amarán por ligarlas a sus infancias o recuerdos del campo.

Laura es linda y es buena. Está integrada a su realidad y ciertamente, es trabajadora. Estos párrafos establecen la relación humana del personaje con los animales de su entorno: gallinas, cerdo, cotorra... que no son simples animales, tienen nombre: Lolita, Bolonio.


En el pueblo donde vive Laura todos los niños van a la misma escuela y allí no hay diferencias entre ellos. Juegan en la plaza que todavía puede llamarse batey, igual que la llamaban nuestros indígenas.

También hay una iglesia y un sacerdote viene a dar misa los domingos. ¿De dónde viene en su mula? De una comunidad mayor donde ha de tener su residencia. Es un padre que no solo prepara a los niños para la Primera Comunión, utiliza las escasas limosnas para comprar al vale Mateo, en su pulpería, canquiña y coconetes para repartir a los niños en trocitos porque no da para más,

Aparte de esta atmósfera de nuestros pueblos, una de las fortalezas del cuento es la presencia del realismo mágico, ya que García Arévalo introduce elementos maravillosos para enfatizar la realidad de que Laura merece premio por su compasión hacia los animales y su conducta de protección a toda costa.

En suma, las preciosas imágenes interpretadas por la artista Alette Simmons-Jiménez vienen a corroborar que La primera comunión de Laura, en 1990 hizo historia al mostrar a un pueblo que todavía está por descubrirse a sí mismo, que a los niños hay que entregarles un mundo lleno de sentido, pero con una magnífica propuesta literaria y estética.

Dr. Manuel García Arévalo

Manuel García Arévalo es un reconocido hombre de negocios e intelectual, incluso funcionario público por amistad, considerado un mecenas para las artes y cultura dominicanas. A través de la Fundación García Arévalo, se comprueba. El interés por la educación y la formación de los niños queda más que patente en obras como La primera comunión de Laura, un regalo personal para su hija Laura Margarita y sus compañeras del Colegio Apostolado. Libro que queda como ejemplo de cómo se hace literatura para los niños y jóvenes en la República Dominicana.

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