sábado, 21 de mayo de 2022

Nelia Barletta: la literatura al servicio del amor por lo nuestro

 

Nelia Barletta y Elizabeth Puig rodeadas de niños de la
Fundación Abriendo Caminos en Cristo Rey.


Mi hermano King y yo regresábamos de la escuela y nos llamaron la atención las ciguas palmeras en su nido, construido en lo alto de una hermosa palma. Parecía que festejaban algo. Nos miramos cómplices y contagiados, corrimos en círculos alrededor de la palmera. King llamó al nido “Condominio Pajarito”. Entonces no sabíamos que eran aves solidarias, que en aquel enorme nido habitaban otras aves, además de las dueñas o constructoras ciguas palmeras; ni que con el tiempo, serían consideradas el ave nacional de la República Dominicana.

A King y a mí no nos enseñaron en la escuela la cantidad de aves endémicas de esta isla. Su diversidad ni características. Se limitaron a decirnos que pertenecen al reino animal, que vuelan y que tienen plumas. La palabra biodiversidad no existía en nuestro mundo. La palabra endémica, tampoco.


Nelia Barleta, autora de Cata y Lina, la nube de aves

En la pasada Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil -FILIJ 2022- la escritora Nelia Barletta estaba en persona frente a la presentación y venta de sus libros escritos para niños, para los cuales ha creado un sello editorial; Libros Ámbar y sabemos que la venta de los mismos va destinada a la Fundación Abriendo Caminos que está en Cristo Rey, donde hemos acudido a compartir con los niños con la alegría de las ciguas palmeras.

E igual que las ciguas, Nelia ofrenda la venta de sus libros al fondo económico, pienso yo que es simbólico porque lo necesario para sostener la formidable obra de educar, dar apoyo psicosocial tanto a los niños como a sus familias y dar continuidad a ese programa de proyectos no es fácil ni un juego. Un poco de protección en medio de tanta precariedad. Un oasis en el desierto.

Nelia Barletta creó esta obra para los niños dominicanos y del mundo: CATA Y LINA, la nube de aves, en palabras de Elizabeth Puig: «...las protagonistas de este cuento son las ciguas palmeras y el mundo de las aves de nuestra isla. Gracias a la magia que permite el cuento infantil y a la sutilidad de la autora, el relato nos hace pasar sin gravedad ni pesadez de lo infinitamente pequeño a lo infinitamente grande». Estoy totalmente de acuerdo, porque esta obra es una lección que todo niño debe poseer en sí mismo.

¡Espera! ¿Yo hablando de lección? Sí. Casi siempre que hay una polémica surge el maniqueísmo y la gente tiende a ver las cosas en blanco y negro, sin pensar en los colores intermedios y sus matices. Cuando defendemos que la literatura no se hizo para dar lecciones (didactismo), no significa que la literatura no enseñe. Mucho hemos dicho que la literatura debe ser el apoyo de todas las demás ciencias cuando se trata de llevar al espíritu de un ser en formación un mensaje. Pero esa información no se puede dar al azar. Ese mensaje no puede ser explícito ni obvio. Esa es la magia de la literatura. Va educando, formando con una llave o clave que depende de la conexión del lector con el libro. A poseer esa llave aspiramos los escritores o debemos aspirar.


Después de leer la obra, puedo decir que Nelia Barletta no escribe por escribir; que observando su trayectoria y confirmado por ella misma, su afán es transmitir amor por las letras y el idioma (estudió Literatura Latinoamericana en Barnard College, en la Universidad de Columbia), entusiasmo por la lectura y sembrar en sus pequeños lectores el amor propio unido al sentimiento de pertenencia al valorar a la República Dominicana y todo lo que ella ofrece de hermoso, único y endémico.

Señores, eso es una enorme contribución con la identidad nacional. Una semilla de autovaloración de la que carecen los menos favorecidos porque cuando uno sabe quién es y para lo que vale, no hay fuerza ni obstáculo que pueda interponerse, ni hay yola o ilusión de otra vida que no sea aquí y ahora para construir lo que vendrá. Y pésele a quien le pese: ESTE ES EL MEJOR PAÍS DEL MUNDO.

Yo hago reconocimiento a Nelia Barletta y uno su nombre (salvadas sus originalidades), con el de Lucía Amelia Cabral (pionera), María Teresa Ruíz de Catrain, María Amalia León, Maritza Florentino, Carmen Esteva de Marranzini, Virginia Read Escobal y doña Rosa Bonetti de Santana (que sin ser escritora conocida, sabe lo qué es literatura), porque son mujeres con una formación integral sólida y trascendente, llenas del amor por el país, por su gente y su preservación, tan inmensas que han logrado concretar proyectos literarios y artísticos que involucran a los seres en formación para continuar un legado que a muchos parece serle indiferente, pero que son el germen de la continuidad y la permanencia; del futuro en una sola palabra.

Adquiera CATA Y LINA, la nube de aves, una preciosa historia, necesaria que tiene todo lo que debe tener una obra para niños: divertida y educativa. Contribuya con su amor propio, su sentido patrio y su legado a su tierra natal:


https://www.facebook.com/abriendocamino/


martes, 17 de mayo de 2022

Octavio y Baltasar, libro para niños del doctor Juan Carlos Toral


    El día final de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil 2022, celebrada en Ágora Mall, (del 10 al 15 de mayo), alcancé a comprar este libro del ideólogo y organizador de la FILIJ, quien ha fundado su propio sello editorial: Ediciones Toral que como quien no quiere la cosa, va por más de 19 títulos propios y ajenos al admirado doctor Toral.
    Octavio y Baltasar está lleno de nostalgia. No es una fábula y sin embargo, casi personifica a dos gigantes que sienten y respiran; se comunican a su modo y existen para que podamos existir.
    Octavio y Baltasar fueron bautizados por alguien. Probablemente uno de esos seres especiales que han pasado por este mundo, como Sir Robert Hermann Schomburgk, discípulo de Alexander von Humboldt, dos que también como quien no quiere la cosa, vinieron, miraron y supieron más de América que muchos nativos inocentes, que nacemos, crecemos, nos multiplicamos y morimos sin apreciar las maravillas que nos rodean, sin valorizar en esta vida la grandeza de nuestra tierra.
    Octavio y Baltasar son el hogar de un niño tímido que como yo, prefería la soledad a la estruendosa compañía de los hiperactivos (todos los que se mueven demasiado y hablan demasiado, según yo).
    Octavio y Baltasar está narrado en primera persona, el recurso más efectivo de los escritores pero también el más difícil porque tiene sus trucos (no es casual que lo utilicen tanto los religiosos para ganar adeptos).
    Octavio y Baltasar dice mucho en pocas palabras con el poder de no ser obvio, porque la literatura que llama al pan pan y al vino vino, realmente no es literatura, es hablar por hablar y está dirigida a los insensibles que no saben de metáforas o metonimias ni tienen recursos. Por suerte, los niños sí saben de tropos y símiles, a Dios las gracias.
    Octavio y Baltasar dieron sus cientos de años para ayudar a respirar a muchos pero en particular crearon un lazo emocional imperecedero en el alma de un niño solitario que supo que ellos movían sus ramas tan solo al escuchar su voz, rendido ante la emoción del descubrimiento de comunicarse sin palabras.
Juan Carlos Toral y Omar Aranda en la presentación

    Octavio y Baltasar, acompaña el discurso del Dr. Toral con el discurso visual de Omar Aranda, nacido en Argentina, quien dice cosas lindas como: «...intento aprender todos los días algo más y siempre me sorprende». Él capta el “vuelo” del amigo de Octavio y Baltasar con la mezcla de niño-adulto que perdura en esta obra para siempre.
    Octavio y Baltasar es una magnífica herramienta literaria para abrir el diálogo con los niños sobre la protección a la naturaleza, el efecto de la urbanización, la necesidad de no escupir el agua que tomamos, la imperiosa prioridad de tomar conciencia porque estamos destruyendo un planeta que lo único que ha hecho es darnos vida a costa de la suya.
    Octavio y Baltasar está dedicado a los hijos de Juan Carlos Toral y de Omar Aranda y en ellos, a todos los niños del mundo que un día serán adultos sensibles como los árboles de caoba, pero que aún son capaces de construir un castillo entre las ramas de los árboles.
©Leibi Ng
Octavio y Baltasar
©2019. Juan Carlos Toral
Ilustraciones: Omar Aranda.
Dirección editorial: Joel Rivas
ISBN: 978-0201-3796-2-4

sábado, 14 de mayo de 2022

Sandra Tavárez y su libro de cuentos infantiles: “Diamantes Verdes”

 

Por Andrés Acevedo

La gran mayoría de nosotros, cuando éramos niños, disfrutábamos que nuestros abuelos y padres nos contaran historias fantásticas. Algunas eran creaciones de su propio ingenio, y otras procedían de la tradición folklórica y literaria dominicana, europea y africana.

Esa forma única y eficaz de transmitir el conocimiento mediante la lectura de cuentos, leyendas, poesías, adivinanzas, juegos didácticos y recreativos, desapareció del ambiente familiar y de la vecindad con la llegada y acceso libre al universo mágico de la tecnología. Ya los encuentros cotidianos para conversar y contar historias en el patio de la casona que nos servía de residencia, pasaron a la memoria del pueblo dominicano.

De todo aquello que ha ido desapareciendo solo nos quedan los libros de literatura infantil, pero, ¿qué es la literatura infantil? Sobre este aspecto hay muchas definiciones, objetivas y subjetivas, como escritores del género existen en el mundo. El escritor y catedrático español Kepa Osoro Iturbe, la define de la manera siguiente: “Se trata de una literatura con la que disfrutan los niños; pensada para los niños, que les hace flotar, reír y soñar; que les ayuda a entender y solucionar sus problemas psicológicos y afectivos; que despierta su imaginación; que favorece el desarrollo de su espíritu crítico; que aviva su sentido estético, y que contribuye a su crecimiento en libertad”.

Pero a pesar de los aportes de la literatura infantil al desarrollo del conocimiento y la sensibilidad del niño durante siglos, sus creadores no han dejado de ser cuestionados por críticos y escritores. Estos cuestionamientos no son nuevos en el ambiente literario infantil de Latinoamérica y de Europa. En otros tiempos, la literatura infantil: “(…) fue considerada como un género de arte menor por los académicos y hombres de letras, a pesar de cosechar esta una popularidad inigualable”.

La obra de Esopo, Jean de La Fontaine, Charles Perrault, Daniel Defoe, Jonathan Swift, Jakob y William Grimm (los hermanos Grimm), Hans Christian Andersen, Charles Dickens, Carlo Collodi, Julio Verne, Luisa María Alcott, Lewis Carroll, Robert Luis Stevenson, Mark Twain, Oscar Wilde, Emilio Salgari, Rudyard Kipling, Constancio Vigil y Antoine de Saint Exúpery; fueron las víctimas más notales.

Cabe destacar que una gran parte de las obras de la literatura infantil y juvenil universal no fue concebida para el público infantil debido a que contiene reflexiones de carácter religioso, moral y político. Por ejemplo, las obras: “Robinson Crusoe” de Daniel Defoe y “Los viajes de Gulliver” de Jonathan Swift.

También hay que tomar en cuenta que muchas empresas editoriales dedicadas al comercio del libro para infantes han resumido e incluso borrado capítulos enteros de obras maestras de la literatura para adecuarlas a la comprensión e imaginación del niño.

Contrario a esa práctica, estoy plenamente de acuerdo con Lucía Amelia Cabral, escritora dominicana de literatura infantil, cuando expresa: “Entre literatura para niños y literatura para adultos no existe ni un cachito de distancia que las separe. Tal separación produce un efecto de limitación, parcialización o segregación. En la literatura no cabe distinción de edades, ni condiciones previas para quienes va dirigida, lo que varía es sólo el propósito y la forma de presentación de la idea central”.

En ese sentido, la precursora del cuento infantil en la República Dominicana es la escritora Virginia Elena Ortea Mella, nacida en Santo Domingo el 17 de junio de 1866 y fallecida en Puerto Plata el 30 de enero de 1903. Ella publicó en 1901 el libro de relatos: “Risas y lágrimas”, en el que incluyó las narraciones infantiles: “Los diamantes” y “Estrellas y flores: cuento de navidad”.

No es sino a finales de la década del 70 y principios del 80 cuando la literatura infantil toma auge en la República Dominicana. A partir de entonces, el cuento ha resultado ser el género más cultivado por nuestros escritores.

En la provincia Santiago solo cinco narradores (tres damas y dos caballeros) han publicado libros de cuentos infantiles, estos son en orden cronológico: Virginia Peña de Bordas, sus cuentos: “La princesa de los cabellos platinados” y “La eracla de oro” fueron publicados de manera póstumo en 1978; Leo Flores publicó: “La vieja Belén” (1982), María Margarita Luciano López, sus libros: “El día en que se llevaron la electricidad en la ciénaga” (1988), “Senderos de paz (cuentos para niños)” (1997), “El día en que dos ciudades contrarias descubrieron que eran hermanas” (1999) y “¿Quién se ha robado el verde?” (2000), Aída Bonnelly de Díaz, dio a conocer sus libros: “Vuelo de amigos: cuentos infantiles” (1998) y “Timo: el dinosaurio” (2000) y José Enrique García, la obra: “Un pueblo llamado pan y otros cuentos infantiles” (2001).

A este selecto grupo de escritores oriundos de Santiago se suma la escritora Sandra Tavárez con su libro: “Diamantes Verdes”. Anterior a esta publicación, ella nos había convocado a la puesta en circulación de sus libros de cuentos para adultos: “Matemos a Laura” (2010), “Límite Invisible” (2012) y “En Tiempo de Vino Blanco” (2016).

El primer cuento del libro: “Diamantes Verdes” lleva por título: “La niña de la lluvia” y trata sobre dos familias de posiciones económicas opuestas: una pobre y otra rica. La pobre reside en un barrio marginado y la rica en una mansión. La niña, hija de la madre pobre, disfruta a plenitud las escasas cosas que le ofrece el entorno. Ella juega feliz al aire libre y se baña descalza bajo la lluvia. A diferencia del niño de la madre rica, que padece una extraña enfermedad pulmonar que lo mantiene recluido y medicado en su hogar. El niño sólo sueña con jugar y bañarse bajo la lluvia.

El segundo cuento titulado “Frida” narra la historia de una planta y los obstáculos que venció para sobrevivir.

El tercer cuento “Diamante verde” narra la historia de Mel, una niña que va de visita con sus padres a casa del abuelo. Luego de llegar a esta, Mel sale sola a recorrer el entorno y descubre en lo alto del granero del abuelo un diamante verde que resulta ser un periquito.

El cuarto cuento “Por si vuelve” narra la historia de Winni, un gatito que cuando fue llevado a la casa de la tía Eli, le hizo agradable la vida. También se narra en el mismo las escapadas nocturnas de Winni y sus aventuras por el vecindario.

El quinto cuento lleva por título: “Cinturoncito verde” y está ambientado en la casa del abuelo Andrés, en donde cada año sus nietos se juntan a vacacionar y a disfrutar de la naturaleza. A diferencia de otras vacaciones en esta acontecen cosas maravillosas motivadas por la tía Nancy y protagonizadas por ellos, todas relacionadas con la preservación ecológica y el cuidado del medioambiente.

El sexto cuento “Hada en el Caribe” cuenta dos historias paralelas: una real y la otra fantástica. Sus protagonistas son un hada de nombre Carib y una niña llamada Jane, ambas se hacen muy amigas e inician una interesante aventura.

El séptimo cuento “El príncipe Enmanuel” trata la historia de un rey y sus pequeños hijos, en el que se destaca una niña, futura heredera del trono. El reino estaba compuesto por el valle de Los Tulipanes, el valle de Las Hortensias, el valle de Los Girasoles, el valle de Las Azucenas y el valle de Los Cactus. Al fallecer su padre, la niña, transformada en una joven hermosa, fue coronada princesa. Ella había soñado con escribir historias fantásticas en su infancia. Su reino había o parecía estar hechizado, el sol se ausentó del cielo más tiempo de lo debido y la flora y la fauna empezó a desfallecer y las personas a comportarse de forma extraña. Todo era invierno en el reino de la princesa, igual que en el cuento “El gigante egoísta” del escritor irlandés Oscar Wilde. Todo volvió a la normalidad luego de que el príncipe Enmanuel visitara a la princesa y esta empuñara su cetro, el cual tenía incrustado un diamante verde del que emergió un rayo de luz intenso que cubrió todo el palacio.

El octavo cuento “El rey de la tierra del sol” narra la visita del rey de la tierra del sol, al rey del castillo de la colina cerrada, quien vive junto a su hija y su corte en el trono. A ella le gusta la música clásica y la poesía y toca el violín y el piano. El rey huésped es socio comercial del rey padre. Al rey de la tierra del sol también le apasiona la música, de la que es un maestro. Durante su estancia en el palacio, le enseña algunas técnicas musicales a la sucesora del castillo de la colina cerrada. En este proceso hubo un amor platónico entre ambos. Cuando llegó el día de la despedida del rey, la princesa no estuvo presente, se había quedado triste en un rincón del palacio. El príncipe le dejó un obsequio con su padre, un anillo con un diamante verde y jamás se volvieron a ver.

El noveno cuento titulado “Gary, el niño feliz” relata la historia de un niño que enfrenta a un ser malvado de nombre Dunkelheit, quien había hechizado a los niños del pueblo y cubierto el cielo con una gigantesca nube negra. El hechizo no afectó a los adultos, únicamente a los infantes quienes permanecían muy tristes. Sólo un niño del lugar escapó al hechizo de Dunkelheit. Un bebé, hijo de una señora pobre residente a orilla del río. Él era el único que podía retornar la alegría a los demás niños y esto sólo era posible si recitaba el poema que un anciano había escrito cuando tenía siete años de edad. El desenlace concluye cuando Dunkelheit fue vencido y expulsado del reino de los niños, los cuales volvieron a reír, correr, saltar y jugar

El libro: “Diamantes verdes” está dividido en dos reglones. El primero está integrado por los cuentos: “La niña de la lluvia”, “Frida”, “Diamante Verde”, “Por si vuelve” y “El cinturoncito verde”.

Estos cuentos son realistas. Sus personajes son: niño/niña, padre, madre, abuelo y tía. La fauna: aves, luciérnagas, mariposas, gatos y perros; y la flora: planta, bosque, montaña y valle.

El segundo renglón está conformado por los cuentos: “Hada en el Caribe”, “El príncipe Enmanuel”, “El rey de la tierra del sol” y “Gary, el niño feliz”.

A diferencia del primer bloque, estos cuentos son fantásticos y los protagonizan personajes de la cultura europea de la Edad Media: “Hada”, “princesa”, “príncipe” y “rey”. Otros elementos identificables de la época que en la actualidad existen son: “Castillo”, “Palacio, “Trono”, “Corona” y “Corte”.

Estos cuentos infantiles de Sandra Tavárez, fueron concebidos desde dos principios: uno físico y el otro sicológico (realidad y fantasía), los cuales son inherentes al mundo de los infantes.

El libro contiene nueve cuentos en total, escritos a través de un lenguaje sumamente sencillo, estilo espontáneo y uso correcto de las técnicas narrativas. En él, su autora pone de manifiesto su sensibilidad, imaginación y creatividad.☻

Andrés Acevedo

https://www.facebook.com/andres.acevedo.1485

jueves, 12 de mayo de 2022

Anya Damirón lanza nueva publicación y un sello editorial de características únicas: ÁNDALO

ÁNDALO salutación





En los años 80 empecé a trabajar en la Editora Alfa y Omega de Miguel Cocco. Creador de Fondo Editorial, la empresa que sostiene a la revista infantil Tobogán, llegando a 37 años de vida hoy día. La visión de Miguel, le impulsaba a importar libros desde muchas partes del mundo. Libros de gran calidad que se instalaron en mí como ejemplos de lo que deseábamos para nuestro país. Con el paso de los años, hemos visto crecer la industria editorial hasta ofrecer productos de perfección que compiten con los extranjeros.

Sin embargo, para niños y jóvenes, el grueso de libros de alta calidad y manufactura excelente, sigue siendo importado a pesar de los ejemplos adorables que se nos brindan con el esfuerzo de varios autores. Hoy, en este memorable 8 de mayo saludamos el nacimiento de ÁNDALO de Anya Damirón por ser una editorial especializada que surge ya madura por la profesionalidad y experiencia de su creadora.

Una empresa enfocada

Ándalo es una importante punta de lanza porque las buenas creaciones siempre abren puertas y crean procesos, historias y gestiones. Su calidad será estímulo para la competencia. Ejemplo de pasión y gestión, porque a todos consta que Anya cumple con el consejo chino de aparentar no trabajar, ya que se gana la vida haciendo lo que le gusta.

Es una empresa que beneficia a todos los escritores, ilustradores y al mercado literario y educativo en general, pues a mayor competitividad, mejores resultados.

https://anyadamiron.com/

Cuerpo en una burbuja: una innovación de la poesía dominicana

Ryan Santos Agradable ha sido para mí sumergirme en otra obra del prolífico escritor dominicano Julio Adames, a quien tuve la oportunidad de...