Portada de la obra. Clara Luz Lozano, autora. |
El
gran contador de cuentos dominicano Juan Bosch, solía decir que contar es
llevar cuentas…. y, específicamente, llevar cuentas ajenas. Ciertamente que
cuando los escritores relatamos lo que en realidad estamos haciendo es llevando
las cuentas de otro.
Hay
características generales sobre el cuento que están harto citadas, por lo que
no juzgo necesario recordarlas.
Sin
embargo, en el caso particular del cuento infantil, estas características son
muy especiales, porque a quienes van dirigidos, fundamentalmente, estos tipos
de relatos, es a lectores que aún están desarrollando sus gustos literarios, cambia por tanto, la
manera de captar los símbolos, de seguir las historias y de llegar a través de
ellas a conclusiones muy especificas.
Esto
de escribir cuentos para infantes no es algo que podemos hacer a la ligera. Es
algo muy serio que requiere de mucha honestidad, conocimientos literarios y de
la sicología infantil.
Es
necesario dominar, al menos, las características generales antes de iniciar la
hermosa aventura de escribir cuentos para nuestros niños.
Veamos
algunos aspectos de las características que he aludido:
—En
el cuento infantil la historia no debe dar muchas vueltas. Tampoco debe
alargarse. Es decir, como ya han escrito expertos en la materia: este tipo de
cuentos debe tener continuidad y rapidez.
—La
repetición de las acciones es mandatorio. Nunca debemos olvidar que el lector a
quien dirigimos estos cuentos, aún no desarrolla todo el potencial de la
concentración. Así las cosas, este requiere que le vayan, en el cuento,
refrescando los acontecimientos importantes.
—La
secuencia debe ser clara y directa.
—El
protagonista debe ser identificado inmediatamente. El lector no debe tener
ninguna duda de con cuál persona, animal o cosa se va a identificar.
—La
estructura del cuento infantil, y esto es trascendental, preferiblemente debe
ser llana y con pocos misterios. Cuando colocamos estos últimos no debe haber
mucha dificultad para descifrarlos.
Los
clásicos, y más conocidos, autores de cuentos infantiles son:
Hans
Christian Andersen, autor, entre otros muchos cuentos, de: Abuelita”, “El
abecedario”, "Siete cabritos", “El abeto”, “Almendrita”, “El ángel”... obras que no requieren especiales conocimientos
literarios para disfrutarlos y captar la sicología de su lectura.
Los
hermanos Grimm, que escribieron:“Hansel y Gretel”, “El lobo y los siete
cabritos”,“Blancanieves y los siete enanitos”; etcétera.
Charles
Perrault,que escribió “La Cenicienta” y “La Bella Durmiente", entre otros.
Pero
hay otros escritores emblemáticos que han escrito cuentos para infantes:
Andrei
Gorbovsky, Adolfo Bioy Casares, Alejo Carpentier, Alexander Beliaev, Alfredo
Julio Grassi, Allen Kim Lang, Ana María Matute, Ana Rosseti; entre otros y
otras.
En
“María Taquitos”, el cuento de la actriz, dramaturga y narradora Clara Luz
Lozano, concurren las características del buen cuento literario infantil.
“María
Taquitos” es un relato lleno de imágenes y símbolos, que al leerlo nos queda la
sensación de que lo estamos viendo como en redondas pinturas sucesivas. Nos habla
de las ilusiones y de los recuerdos compartidos, de la asombrosa manera de cómo
una niña, María, logra rescatar, primero, y preservar luego, sus mejores
recuerdos. También nos cuenta de las ilusiones y quereres, de los viajes
interiores que puede realizar cualquier niño para construir su particular y
singular universo de fantasías, formas, colores, recuerdos, medios y leyendas.
En
el mundo mágico que construye la María Taquitos, de Clara Luz Lozano, no hay
lágrimas ni tristezas. Añoranzas, sí, por la madre amada y nunca olvidada.
Desde
luego que María Taquitos, el personaje protagónico del cuento, no se queda,
escapada, viviendo entre las nubes. ¡No! Solo va a ellas procurando lo mejor de
sus emociones. Por aquello de que en el presente no podemos proyectarnos
convenientemente hacia el futuro si no construimos la estratégica base en el
pasado.
Nuestra
María Taquitos viaja al espacio, ciertamente; pero regresará a nosotros para
reír a carcajadas, para cantar y contar las alegrías conquistadas en su viaje;
absolutamente reconciliada con el sencillo, pueblerino y particular universo
que le rodea. Eso sí, ya nadie le podrá arrebatar esas ilusiones e imágenes que
en sus nubes interiores ha conseguido. Estas, se quedarán dentro de ella como
tesoro bien guardado en su cofre interior.
Por
supuesto que en el cuento de Clara Luz Lozano se aprecia una cuidadosa y vasta
cultura de literatura infantil, que como ya dije es la que requiere de mayores
y delicados cuidados.
Con
estos parámetros, Clara Luz construye cada palabra, cada imagen, cada símbolo y
toda la historia de ese venturoso mundo mágico del que nos habla la ya para mí
inolvidable María Taquitos.
Cabe
destacar las delicadas y justas ilustraciones de “María Taquitos”, realizadas
magistralmente por Adela Dore. Estas ilustraciones proporcionan, indudablemente,
un atractivo adicional al relato que, por supuesto, celebro. Más celebrarán los
lectores infantiles a quienes en verdad está dirigida esta joya de literatura
infantil, escrita por una artista dominicana. No obstante, en lo que podemos llamar
la “arquitectura interior” del cuento, encontramos imágenes encantadoras que la
artista gráfica Adela Dore inteligentemente descubrió y colocó en la superficie
material del relato impreso.
Hace
un tiempo que dejé de ser niño, pero con “María Taquitos” regresé, de repente,
a las ilusiones y fantasías de la infancia. Clara Luz, por breves momentos, me
obligó a ser nuevamente niño. Estén seguros que les pasará lo mismo.
Cuando
crecemos, adquirimos una nueva familia; pero, sin dudas, algo perdemos durante
todo el trayecto hacia la adultez. Entre los tantos valores que descubro en
“María Taquitos” está, precisamente, el del reencuentro con lo más puro del
pasado. Por eso, aún como adulto, disfruté de la lectura de este cuento de
Clara Luz Lozano.
Empero,
debo admitir que, definitivamente, este cuento no fue escrito especialmente
para mí; sin embargo, cuánto he disfrutado al leerlo. El gozo que me ha
producido esta muy valiosa joya de la literatura infantil, me obliga a
agradecer a Clara Luz Lozano la hermosa aventura que resultó ser adentrarme en
este especial relato. Tanto, que no he podido evitar, desde que concluí la
última lectura que hice del cuento, repetir en mi cerebro su hermoso colofón:
María
Taquitos
María
Tacón,
subió
a las nubes
sin
ser avión
Pegó
un brinquito
que
la elevó.
Con
su mamita
cantó
y bailó.
Zapataquín,
zapatacón,
que
ya este cuento
se
zapateó.
GIOVANNY CRUZ es actor, director y dramaturgo. |
Links o enlaces:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Es fácil! ¡Tú dices! ¡Yo te escucho! Yo contesto... ¡Así hablamos!