Es un negro con miel en los poros.
Si escucha el silbido del viento
Sus rodillas castañean de contento.
Benedicto arrulla a las palomas
con sus manos flotando en la aurora.
Sus caderas parece que tiemblan
Con los ruidos de una secadora.
Una noche de clara alegría
quiso el hombre bailar con la Luna
Zapateó como Usero* en su era
se movió cual Nereyda y Mirito
guarachando se subió en la cola
de un eclipse que estaba de moda.
Con cadencia, ritmo y movimiento
por los aires se elevó sonriendo.
Benedicto se pone de punta
en satélites que envían su música.
Sin atmósfera, gravedad y sin tiempo
Benedicto va dejando huellas
Hace giros de suave alegría
Hombros mueve con zig-zag rumbero.
Benedicto bailando se crece
Lo acompañan miles de luceros.
Bailarín que da pasos perfectos
Ven conmigo. Sé tú mi pareja
escapando de todo lo terreno.
Benedicto, ¡bendito!
Fred Astaire, nunca bailó plena
Ni guaracha, ni son, ni merengue
con estrellas, cometas, planetas!
Qué fenómeno, negro!
Dios bendiga tu don, tu salero
Sigue, sigue, que esto se contagia
Sigue, sigue, que esto está muy bueno!
©Leibi Ng
*Frank Usero, fue el primer bailarín que conocí en la vida real. Alto, delgado o mejor, estilizado, no era para nada estirado. Gran bailarín, gran artista. Ojalá sea feliz en su ruta.
Felicidades por tu rítmico y emotivo poema, Leibi.
ResponderEliminarMuchas gracias.
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