sábado, 23 de agosto de 2008

Cómo Desarrollar Hábito Lectura Niños

















































Revista Dominicana De Psicología*Por Julio Cuevas*Profesor de Literatura Infantil



Para nadie es un secreto que República Dominicana es un país con un total aproximado de un 65% (Sesenta y cinco por ciento) de analfabetismo, ese analfabetismo está integrado por analfabetos funcionales y analfabetos no funcionales.

Definimos como analfabetos funcionales a aquellos individuos que han tenido la oportunidad de obtener los más elementales criterios que le posibilitan leer un texto en su estructura superficial; pero que no pueden traspasar el plano profundo de los mensajes vertidos en el texto leído.

Conocemos como analfabetos no funcionales a aquellos individuos que no han logrado, ni siquiera, aprender a firmar su nombre, ni han aprendido a leer nada, ni pueden discriminar de manera lógica y organizada frente a las múltiples situaciones de conflicto de su propia realidad social, todo esto visto en términos de lectura y escritura y, en términos racionales e ideológicos.

Lo que nos interesa buscar, en este caso, son las raíces de este reprochable crimen cultural e intelectual, intencionalmente ejecutado por las clases dominantes que en todo el proceso de nuestro discurrir histórico han sustentado el poder estatal en nuestro país y, han programado toda una filosofía de dominio con el predispuesto sentido de condicionar y manejar un individuo que sea reproductor, defensor y seguidor de los valores culturales, morales y espirituales de quienes sustentan los estamentos de poder, en términos gubernamentales, jurídicos y educativos.

Ese proceso de condicionamiento mental, es decir, ese proceso de condicionamiento conductual, es realizado desde la niñez, que es la etapa más receptiva y factible para la asimilación de juicios, modelos y niveles de comportamiento.

Del niño de hoy depende el hombre de mañana. Es por eso que nuestra sociedad, hoy en día, en la mayoría de los casos, está sostenida por los músculos de unos hombres instruidos bajo el sentido del crimen y la violencia, de la represión y el entreguismo (...) todo esto es resultado de la desintegración del sistema educativo dominicano y la ausencia de una campaña científica en pro del desarrollo del hábito de la lectura, a través de la LITERATURA INFANTIL. Todo esto es producto de la ausencia de un deleitar enseñando y un enseñar deleitando en la transmisión de la lengua y la literatura en la casa y en el aula.

El primer vínculo del niño con su entorno sociocultural se recibe en el hogar, en su casa, siendo la familia la primera en sentir la obligación de orientar y conducir a ese futuro hombre bajo el solidario principio de la sociabilidad, la sociabilización, el compañerismo, el amor patriótico la actitud civilista, etc. Para que en el futuro mediato pueda ser un ente social identificado con su posible felicidad, con su medio, con su cultura, con sus requiebros, con su realidad y con sus lamentos, siempre con una visión transformadora.

Es el hogar donde el niño, desde el inicio de su vivir, se pone en contacto con todos los esquemas culturales que luego se reproducirán en la adultez.

Pero en una sociedad como la nuestra, subdesarrollada, neocolonizada y dependiente y, en todo tipo de sociedad, la familia consciente e inconscientemente, se ve obligada a difundir los esquemas y los criterios que le han impregnado la clase dominante, hablo en ese sentido porque ningún proceso de educación y recreación está al margen de una demarcada política educativa y cultural, previamente delineadas por el Estado y, todos sabemos que en una sociedad, las ideas dominantes, son las de la clase dominante, ya sea en una sociedad capitalista o comunista. Esa es una innegable realidad.

Si hoy carecemos de educandos o ciudadanos con pocos o sin hábitos de lectura, esto no es un acontecimiento al azar, no. Esto responde a intencionales fallas y desintegraciones, tanto en la educación, en la escuela como en el hogar, en nuestro país. Fallas y desintegraciones que han sido hábilmente coordinadas por el Estado Dominicano y sus gobernantes, porque los organismos estatales competentes(¿?) como la Secretaría De Educación, todavía no le han brindado el virtual e intachable reconocimiento a la LITERATURA INFANTIL, como área pluridisciplinaria que influye de manera determinante, no sólo en el desarrollo o el fomento de hábitos de lectura en el niño (futuro hombre); sino que influye, además, en su desarrollo integral, del cual dependerá su dinámica frente a la sociedad, frente a su pueblo y demás pueblos de la humanidad.

No podemos desarrollar, difundir y promover la LITERATURA INFANTIL al margen de la familia, en la recreación y en la educación del niño porque desde la etapa sensorial, desde la etapa del niño oidor, la familia, el padre y la madre, deben poner al niño en contacto con la lectura la narración y la dramatización de obras literarias (poesías, cuentos, teatro y canciones de cuna) que respondan a su edad, a su posibilidad de audición, observación, y a su posibilidad de comprensión y, sobre todo, que respondan a su realidad sociocultural.

Sí, en esta etapa de la vida inicial del niño debe haber literatura para niños no lectores, sí para niños oidores. Es más, esa es la etapa donde más posibilidades de familiarización artística y creativa debe tener el niño y, es la etapa más propicia para desarrollar el hábito de lectura en el niño, función que luego se viabilizará y se reforzará, de manera concomitante en la escuela, siempre y cuando en educador, el maestro esté habilitado para tales fines.

En nuestra condición de analista y estudioso de la Literatura Infantil, en nuestro país, creo pertinente hacer las siguientes preguntas:

a) ¿Cómo desarrollar el hábito de lectura en nuestro país?

b) ¿Para qué fomentar el hábito de lectura en República Dominicana?

c) ¿Qué tipo de lectura y de lector hay que desarrollar, promover, difundir y fomentar en República Dominicana?

En parte ya hemos dado algunas respuestas a la primera interrogante, sin embargo, no estamos satisfechos y, es por eso que para profundizar en las respuestas o la respuesta de la primera interrogante me permito citar parte de las resoluciones determinadas en el Seminario Taller sobre "Estrategias Del Desarrollo Del Libro Y La Lectura". Ese seminario se celebró en la Biblioteca Nacional, los días 3 al 5 de noviembre de 1982, con el auspicio del Secretario Técnico de la Presidencia, la Oficina Nacional de Administración Y Personal (ONAP) la UNESCO y el "Centro Regional Para El Fomento Del Libro En América Latina Y El Caribe"

1.-La concientización de padres, maestros y voluntarios, impartiéndoles cursos de capacitación para implementar el hábito de la lectura.

2.-La formación de "Círculos De Lectores" en las zonas rurales y urbanas.

3.-Que la Secretaría de Estado De Educación trace lineamientos en sus programas de estudios para desarrollar las actividades lectoras de los estudiantes en todos los niveles, entrenando los profesores, en el ámbito nacional, en las técnicas más apropiadas para la enseñanza de la lectura.

4.- La creación de Clubes De Lectores y del Banco Del Libro, utilizando a donantes particulares, instituciones públicas y privadas y organismos internacionales.

5.- Impedir la promoción a cursos superiores a niños sin el completo dominio de la lectura.

6.- Incrementar como asignatura obligatoria la Literatura Infantil en todas las Escuelas Normales

7.-Fomentar la creación de salas infantiles en las Bibliotecas Escolares.

8.-Desarrollar un plan publicitario de promoción de la lectura por parte de la planta televisora del Estado Dominicano y de las demás plantas televisoras privadas.

Me he permitido hacer referencia de estas resoluciones porque en ese seminario formé parte directa de ellas, en mi calidad de representante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y del Centro Integral De Literatura Infantil Y Juvenil (CILIJ).

El tiempo y la práctica me han enseñado que antes de poner en funcionamiento estas recomendaciones se amerita una revisión de nuestra deficiente política editorial, ya que no puede existir un fomento de hábito de lectura sin materiales de apoyo adecuados a la edad, al gusto o a las preferencias de los educandos, en este caso, adecuados a los niños dominicanos. Por otro lado es bueno que se sepa que ninguna de esas resoluciones se ha puesto en práctica, hasta la fecha. Además, todo proceso vinculado con el hábito o el fomento de la lectura debe contar con el apoyo indispensable de una red de bibliotecas escolares, no sólo en las escuelas; sino en todos los rincones del país y, que estén dirigidas por especialistas en el área, por bibliotecarias(os) escolares.

Por un eficaz fomento de la lectura en el país, también me permito recomendar que en el hogar, el padre o la madre se dedique a leerles cuentos y poesías a sus niños, tomando en cuenta la edad, su desarrollo psicológico y cultural y otras variables pertinentes. Cuentos y poesías, primordialmente, escritos por los mismos padres o por autores nacionales. Sin embargo, esto amerita de una orientación al respecto en el hogar, particularmente en las madres, o en quienes más conviven con el niño, para ofrecerles los conocimientos básicos ante la sana recreación y la transformadora educación del niño dominicano.

Me permito recomendar, además, dormir, jugar, y entretener al niño con canciones de cuna, también escritas por los padres o tutores o por autores nacionales, así no sólo se desarrolla el hábito de la lectura; sino que se familiariza al niño con el arte y con la creación artística y, así se asocia con el ideal humanístico y, desarrollamos su nivel estético. La recomendación más pertinente es que en el hogar, siempre, algún miembro de la familia pueda leer, en voz alta, un artículo de periódico, un poema o un tema específico de un libro cerca del niño.

También que los padres le soliciten al niño recoger el periódico o buscarle algún libro en el librero o estante y, que en la escuela el maestro no rija al niño a una lectura obligatoria, sino placentera en un deleitar enseñando y un enseñar deleitando.

Siguiendo la línea de contestar la primera pregunta ¿Cómo fomentar el hábito de la lectura en nuestro país? Es bueno aclarar que ningún intento de desarrollo de hábito de lectura será eficaz sin la ayuda económica y tecnológica del Estado Dominicano, desde la Secretaría De Educación y su Dirección de Medios Educativos, ayuda que debe ser circunscrita en torno a la publicación de textos que se correspondan con la realidad sociocultural de nuestros educandos. Textos que permitan una educación pertinente entre la realidad económica de la mayoría de las familias dominicanas y la habilitación del maestro encargado de esa búsqueda de fomentar el hábito de la lecturabilidad en el niño.

¿Para que fomentar el hábito de lectura en la República Dominicana? Lo primero que hay que precisar es que no podemos fomentar el hábito de lectura en nuestro país para prohijar lectores que luego sólo compren los libros de escritores. Ese no debe ser el fin básico del fomento del lector dominicano Considero que debemos fomentar el hábito de lectura y acrecentar, cada día más el número de lectores en República Dominicana, teniendo en cuenta, primero, nuestra condición de pueblo neocolonizado, subdesarrollado y dependiente, de ahí que todo esfuerzo relacionado con el fomento del hábito de la lectura en nuestro país debe estar apegado a la formación de un lector (alfabetizado) que esté habilitado para poder sumergirse en la estructura profunda de lo que lee y, que pueda descodificar su multiplicidad de mensajes.

Debemos fomentar el hábito de lectura en República Dominicana con el ideal de tener ciudadanos lectores capaces de entender su propia realidad circundante y, capaces de procurar vencerla y transformarla. Es por eso que cualquier intento de fomento de lectura en nuestro país será un desastre político si antes no tenemos bien claros los objetivos y los fines de ese fomento de la lectura. De ahí que sea conveniente la realización de un diagnóstico con relación al gusto y los valores morales y espirituales del niño dominicano hoy en día, tomando como punto de referencia la clase social de donde proviene, la edad, su desarrollo psicológico y, además, variables que nos permitan verificar sus lagunas afectivas y cognoscitivas.

¿Qué tipo de lectura y lector hay que desarrollar, promover, difundir y fomentar en la República Dominicana? Para aproximarnos a una respuesta a esta interrogante considero que el tipo de lectura que debemos desarrollar en nuestro país, es aquella lectura vinculada al desarrollo humanístico y a la capacidad crítica, creadora y participativa del niño.

Esa lectura, entonces, debe estar reforzada por textos representativos de nuestros más sanos valores nacionales y patrióticos, donde nuestra flora y nuestra fauna estén presentes. Se hace urgente la creación de una Editora Nacional dirigida por la Secretaría De Educación que permita mejores alicientes al escritor dominicano y, más aún,, al escritor para niños de la República Dominicana.

Debemos fomentar lectores en nuestro país. Sí, debemos fomentarlos pero sin olvidar que ese proceso amerita de un trabajo científico que reclama de la ayuda y planificación técnica de especialistas en literatura infantil, bibliotecólogos(as) escolares, psicólogos, etc.Sólo así podremos realizar una actividad eficaz en nuestra búsqueda por el fomento de la lectura en República Dominicana.

No olvidemos que somos un país en donde existe un elevado índice de analfabetismo. La misma Secretaría De Educación ha informado que más de 700,000 niños están fuera de las aulas, sin contar con los que carecen de familia. Todo esto nos permite afirmar que, por ahora, seguimos siendo un país preparado para la enajenación y, si queremos sacudirnos de estas garras, debemos hacerlo a tiempo, tomando como punto central una adecuada orientación a la familia dominicana y, reorientando nuestro obsoleto sistema educativo, porque toda actividad en pro del desarrollo de hábitos de lectura responde a un fundamento ideológico. La familia y la escuela mantienen funciones protagónicas en esa responsabilidad estatal.

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