«A Ana le encanta el chocolate. Lo come a todas horas, de todas las formas y no le gusta compartirlo con sus amiguitos. Un día llega de la escuela y no encuentra el chocolate en polvo para hacer su batida; tampoco encuentra el menor pedacito para merendar. ¿Quéhará Ana? O mejor dicho, ¿qué le pasará a Ana?»
«Una humorística historia sobre las consecuencias de comer dulces en exceso, cosa que es motivo de preocupación para muchas familias y que, en efecto, puede llegar a hacer daño a la salud.»
Pintora, ilustradora, escritora... Verouschka Freixas imparte talleres de arte. |
Verouschka Freixas
«¡Hola chicos! Me llamo Verouschka Freixas, nací en República Dominicana. Soy hija de padre cubano y madre boliviana. Desde pequeñita, pude viajar con ellos a México, Puerto Rico, Estados Unidos. Estos viajes dejaron una profunda huella en mi corazón. A mis padres les agradezco mi primer contacto con la espuma del mar, el amor por los cuentos, el aprecio por el tango, la quena y el bolero… y las canciones de Luis Aguilé. Estoy casada desde hace 20 años con el artista plástico Vladimir Velázquez.
Como pintora he tenido la dicha de participar en numerosas exposiciones en mi país y en otros, como Alemania, Inglaterra, Suiza, Brasil y Estados Unidos. Desde el 2005 imparto talleres de arte para niños y jóvenes. Mis pasiones son: el mar, pintar cuadros, ilustrar cuentos y hacer escenografías. En el 2007 produje junto a León David mi primer libro de cuentos titulado “Margarita y la nube”, bajo el sello Alfaguara Infantil y ahora sigo escribiendo».
Conozca más de Verónica, por favor:
https://ateliervf.blogspot.com/2015/07/verouschka-freixas-directora-atelier.html
Una historia deliciosa con final sensato
Recomiendo Ana ama el chocolate de la colección LOQUELEO de Santillana. Aunque pone mayores de 6 años, ustedes saben que depende de las personalidades de los niños, porque ahora mismo los chicos de 4 dan la hora de tanto que saben. ¡Si lo sabré yo, por Adela!
Este libro no solo usa las palabras precisas para mostrar la absoluta adoración de Ana por un alimento de múltiples presentaciones en el mercado, sino que a través de las ilustraciones de la propia autora, comunican un conjunto de verdadera belleza para contribuir con la educación estética de los niños.
Llama la atención la paciente solicitud de la mamá que no muestra resistencia a la monótona decisión de Ana, salvo una advertencia.
También llama la atención que Ana se cierra en banda y no se da la oportunidad de probar el inmenso mundo de sabores que tiene alrededor, llegando un poco más allá de su octavo cumpleaños con su firme preferencia.
Ana ama el chocolate es una herramienta no solo de lectura divertida y belleza; también es un atinado ejemplo de autoaprendizaje para los infantes que se reflejen por empatía en la historia. Siempre que no haya equilibrio, la vida se encarga de darnos una lección.
Igualmente, los profesores y padres tienen una buena oportunidad -a través de este libro- para hablar de las adicciones y hacer investigación sobre las consecuencias de los excesos sobre el organismo.
Leibi NG
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