Farah Hallal considera que “para
escribir un buen libro necesitas la suma de los aprendizajes de una vida”.
Entrevista hecha por María E. Pérez el 11/10/19
El gusto por las letras surgió a muy temprana edad en Farah Hallal, y
es que desde pequeña creció rodeada de libros de poesía y teoría literaria.
Pero también creció con una conciencia temprana sobre las “injusticias para las
clases que son sometidas por los empresarios y las dictaduras que precedieron
mi nacimiento”. Explica que en su casa aprendió a pensar “más allá de lo
obvio”, además a leer y apreciar textos de calidad literaria, por lo que
considera que “me parece que mi madre y mi padre han sido determinantes”. La
escritora, quien nació en Salcedo, pero desde hace años estableció su
residencia en Valencia, España, guarda para sí misma una infancia rodeada de
buenos libros, “gocé del estímulo ante lo que escribía. Lo raro sería no
florecer en un ambiente así”.
¿Cómo podemos definir hoy en día
la literatura infantil y juvenil?
Es frecuente este debate en los congresos de literatura infantil y
juvenil. Y cada vez nos orientamos a creer que en esta época se ha comprendido
que el público infantil no es bobo y demanda una literatura más profunda. Los
adultos del entorno procuramos evitarles dolores, como por ejemplo, la muerte,
sin embargo la literatura clásica infantil está llena de huérfanos. Y
Caperucita Roja viene a ser un cuento de terror que pasamos de generación a
generación de lo más impunes.
¿Para escribir un libro se necesita
una investigación previa?
Para escribir un libro no. Pero para escribir un buen libro necesitas
la suma de los aprendizajes de una vida. Que te pueden venir por experiencias
propias o ajenas y por lecturas. Somos esponjas y todo cuanto forma parte de
nuestras vidas puede incorporarse inconscientemente en una obra. Ahora bien,
investigar es parte del proceso de la escritura. Cualquier acción que quieras
reproducir en la vida de un personaje necesita ceñirse a la verdad.
¿Te has basado en hechos de la
vida real para hacer una historia?
Siempre me baso en hechos de la vida real. Siempre. Toda mi obra está
de algún modo conectada a mí o a gente que he conocido. Lo que suele suceder es
que convergen muchos aspectos de distinta procedencia en un mismo personaje,
pero el resultado suele ser un personaje sólido y creíble. Se sostienen porque
existen. No los traigo de universos paralelos. Son personas que viven o han
vivido entre nosotros. Situaciones que se han presentado, aunque no sea
necesariamente a mí. Aunque no creo en la inspiración, sí creo que cierta
atmósfera te hace “ver” una historia. No es que haga una lista de temas a
trabajar, es que las experiencias de vida, si son interesantes y tú desarrollas
el instinto y la capacidad para darle forma a una historia, pueden ser muy
potables.
¿El mercado y la demanda de
determinados temas ¿son decisivos a la hora de escribir?
No necesariamente, porque la línea editorial de quien convertirá tu
historia en un artículo de venta, es vital. Hay editoriales que se arriesgan
con temas menos comunes y rompen el mercado. Lo forman y, a su tiempo, comen de
él. Pero hay editoriales que se van a lo seguro: lo clásico que siempre ha
funcionado y reeditan más de lo mismo. En mi caso, sé que la literatura juvenil
con determinados temas funciona, se vende. Pero no tengo la predisposición
natural para escribir sobre todo tipo de cosas. Mi línea es más de experiencias
de la vida.
¿Cómo influye la literatura en
la personalidad de niños, niñas y jóvenes?
Pues yo les digo a los “peques” que leer es como cuando un Pokémon
evoluciona. Cada libro que lees va actualizándote en el sentido tecnológico del
término. Que viene a ser evolución. Cambio. Mejoría. Si lees un libro malo y lo
disfrutas, qué bueno. Pero si lees un libro bueno, aunque quizá menos obvio, te
hará revisar los mecanismos que te hacen ser quien eres. Y te aseguro que vas a
evolucionar. Si lees noticias sobre odio al extranjero, acabarás convenciéndote
de lo mismo. Si lees información crítica sobre el mundo en el que vives,
comprenderás la migración y sabrás que desde que la humanidad salió de África,
anda rodando por el mundo. La migración es de las noticias más viejas de la
historia. Pero si jamás abres un libro, todo te parecerá nuevo y el mundo que
ves y vives seguirá siendo plano.
Recientemente obtuvo el Premio
Anual de Literatura Infantil y Juvenil Aurora Tavárez Belliard con su obra “Los
puentes del corazón… ¿cómo se sintió al recibirlo?
Es muy estimulante recibir el reconocimiento de gente que respetas. Y
es un aliento importante para el trabajo. Lo triste es haber vivido el amargo
con la desconsideración que el ministro Selman maltrató a los premiados. Así
que fue un premio por el que el Ministerio me transmitió desconsideración. Tuve
que manifestarme para que un Ministerio de Cultura respetara las bases de uno
de los certámenes literarios más importantes del país. Y eso fue vergonzoso. El
presidente Medina parece no saber que un ministerio de Cultura no se maneja
como una guardia nacional. Hay que saber gestionar con artistas, que es bregar
con gente que piensa y siente y gente que suele conocer lo que merece. El
ministro de Cultura tiene que ejecutar sus funciones en alianza con los
gestores culturales de todas las áreas habidas y por haber. Y ni siquiera para
diseñar políticas culturales ha habido nunca allí una buena gestión.
A través de los premios que has
recibido, ¿te han abierto puertas que pensabas estaban cerradas?
Soy agradecida por el estímulo que supone un premio. Pero cada libro ha
de abrirse sus propias puertas. Que escriba un buen texto hoy no garantiza que
escriba otro de la misma calidad mañana. Cada libro debe tener sus condiciones
que lo hagan único. “La caja de la esperanza” es un libro que fue seleccionado
entre los 80 más emblemáticos que SM ha publicado en sus 80 años en todo el
mundo. Vendrán otros libros míos, pero dudo mucho que tenga la aceptación y el
acierto de éste.
Afirmación
Cada vez nos orientamos a creer que en esta época se ha comprendido que
el público infantil no es bobo y demanda una literatura más profunda”.
Consideración
Investigar es parte del proceso de la escritura. Cualquier acción que
quieras reproducir en la vida de un personaje necesita ceñirse a la verdad”.
FUENTE: https://www.elcaribe.com.do/2019/10/11/mis-historias-siempre-se-basan-en-hechos-de-la-vida-real/
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