Zapatero, zapatero,
arregla mi zapatito
que roto y débil está,
ponle una suelita nueva,
que mis pobres piececitos
las piedras no aguantan más.
A la escuela he de faltar,
si no complaces mi ruego,
¡Pronto! ¡Pronto, zapatero!
Arregla mi zapatito
y sabrás cuánto te quiero.
por Aída Rodríguez de Fernández
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