Mar y Asombro, antología de la ilustre escritora, editora, abogada y animadora cultural, Lucía Amelia Cabral, es una sinfonía de versos, relatos y cuentos donde el candor, la belleza y el calor de las palabras cantan en armonía, bañando con destellos de sol, agua y sal, las mentes y corazones de los lectores.
La selección de veinte obras de la autora, conforman el primer libro de la serie del Premio Biblioteca Nacional de Literatura Infantil, otorgado en el año 2021.
Esta hermosa antología es más que literatura: Es un obsequio de sorpresas que nos conquista una y otra vez como las olas, en su vaivén bajo el cielo, como los colores en el mar y las montañas, donde nace la vida.
Y es que este mundo salino, además de “mojado, fresco y maravilloso, es misterio”, como “un gran país líquido…sin fronteras”.
En sus líneas, la autora nos cuenta de “Caracolita y su casa fantástica”, y nos invita a descubrir y revivir la magia de la imaginación. No es raro que un caballito de mar forme su familia y tenga una escuela, y que la ballena coma de todo.
En los textos de Lucía Amelia, la narrativa es poesía y viceversa, envolviéndonos en la rica fantasía, que a su vez nos hace estar sobre la tierra. Como Gabino, un potrico, que se hace amigo de la espiga de arroz “que tiene un rayo de sol”, y aprende sabiduría de la sombra que le susurra:
“Trota, trota, trotador,
que cabalgando caminos
conocerás lo mejor”.
Esta colección, hermosamente ilustrada por Adela Dore, presenta un vocabulario lleno de imágenes, demostrando la libertad en las palabras, donde el mar guarda leyendas como la de “Carmelo el bombero” y el Dr. Helecho, que recibe y envía emails.
Igualmente, descubrimos que el perfume del alhelí es la paciencia, los lagartos viajan en barcos de papel, cómo nace el color celeste y que el paisaje es una persona.
Baldemira, la nube, no tiene espejo, pero sí se “puede mirar por dentro”, y la araña Amapola se monta en el viento. Por su parte, en su Crónica de una aventura, Juanfe aprende que la montaña se ducha y que las mariposas llegan hasta el salón de clases.
En esta obra encontramos, además, una versión de Juan Bobo y Pedro Artimaña, como una mirada a los relatos costumbristas dominicanos.
La también fundadora y miembro del Círculo Dominicano de Escritores de Literatura para Niños y Jóvenes, con sus historias y sus versos, nos provoca a hacer cosas con el mar y la naturaleza, a contar las olas y las nubes, clasificarlas, jugar, creer, galopar, amar, sentir, creer y desear que ¡llovizne en el aula!
En sus textos, Lucía Amelia muestra un manejo excepcional de la lengua, con una gran riqueza de vocabulario y una extraordinaria empatía hacia los jóvenes lectores, guardando la belleza de una creación literaria impecable.
Esta antología es un deleite para los sentidos. Se disfruta al leerla, en silencio, en voz alta, adentrándonos en sus colores, en el océano, en la montaña, en los sueños, las flores, y toda la naturaleza, con el corazón y la imaginación de cada lector u oyente.
Enhorabuena. Indudablemente, la obra de Lucía Amelia Cabral, como la pequeña “Mariola” junto al mar, tiene luz propia.
*potrico: caballo o yegua joven.
NOTA: Publicado originalmente en: https://acento.com.do/cultura/mar-y-asombro-9302640.html
Karina Castillo |
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