lunes, 18 de diciembre de 2017

El ciempiés fuma arco iris en pipa y otras verdades. Mateo Morrison



Mateo Morrison
mateo@mateomorrison.com

Al leer el libro El Ciempiés Fuma Arco Iris en Pipa y otras Verdades de Lady Diana Castillo Villalón, experimento una importante sensación de que no estoy frente a un libro más de literatura para niños, sino frente a un conjunto de relatos escritos con los mejores elementos del idioma, donde cada palabra está plenamente seleccionada para que responda al proceso comunicativo cuyo resultado sea una obra artística.

Y digo esto porque una buena parte de los libros que se escriben sobre este importante y delicado género, priorizan el contenido, el argumento, la historia que cuentan y se olvidan del uso del lenguaje, y a veces resulta tan pobre que no merece el calificativo de obra literaria.

Asumir el hecho literario desde una narrativa hecha para niños y niñas, no debe significar rebajar la dignidad literaria, sino al contrario, elevarla con un nivel de especialidad aún más difícil que si se dirigiera sólo para adultos.

Este tipo de literatura que nos trae El Ciempiés Fuma Arco Iris en Pipa y otras Verdades, corresponde a una categoría que puede ser disfrutada por cualquiera, pues su soporte no es sólo el aspecto argumental, sino la estructura formal con que éste llega a través de un lenguaje depurado donde cada palabra ocupa un lugar preciso dentro de la estructura artística que le sirve de soporte.

Y es que una obra literaria no es sólo contenido, la forma en que se escribe será determinante para saber los niveles de calidad que les son atribuidos a todo texto con fines de permanencia en el tiempo.

Pero no sólo se trata de contenido y forma en esta obra, aparte de la lección ética que le deja a las lectores, está un fino sentido del humor y un definido horizonte de ironía orientado a combatir las bajezas humanas y exaltar los valores de la solidaridad, la hermandad y todos los aspectos que se constituyen en lecciones positivas para los lectores.

No falta lo lírico, como cuando dice en este texto que reproducimos del relato La niña y el Unicornio, lo siguiente: 

“El hombre apartó la vista de una hoja seca que estaba examinando.
¿Qué saben ustedes sobre eso? No han visto uno de esos tiempos que tienen alas multicolores y toman la miel de las flores.
Eso es una mariposa dijo la niña.
No importa su nombre. Es el tiempo, evasivo y hermoso, estoy seguro de que si atrapo uno podré tomar el sol mas rato y la luna conversará menos con las estrellas. Ahora déjenme en paz”.


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