POR LUCÍA AMELIA CABRAL
Noviembre es más que treinta días, es un espacio de una entrañable carga emocional. Dintel de la despedida del año, es el mes de la música y de la familia, de la no violencia contra la mujer, aniversario del nacimiento a la eternidad de las Mirabal.
Conmueve que saludemos el esfuerzo de una mujer de luz, sin derrotas, creativa y laboriosa. Artesana del bien, baluarte ético de lo mejor dominicano, Rosa Francia Esquea.
Rosa Francia lo sabe y yo también. Cuando un artista notable ilustra un libro infantil el cielo bibliográfico se regocija y los niños ganan por partida doble. Es el caso de Las mariposas. La niña Camila, en el texto de Rosa Francia, se refiere maravillada a la belleza de las mariposas, exclamando que parecen sus alas pintadas por un artista. ¡Anhelo cumplido! Las mariposas de Rosa Francia y Camila son las mariposas de Amaya Salazar, complicidad de amistad capaz de volar más de cuatro mil kilómetros.
Talento y genio el de Amaya. Su maestría del trazo y el color, su sublimidad del pastel en un mundo mágico y verdadero de alas y palmeras, desbordan inteligencia espiritual.
Conocí Las mariposas de Rosa Francia Esquea de cara a uno de los más importantes certámenes literarios nacionales, Por Nuestro País Primero, con domicilio de mar y montaña en Puerto Plata, ocasión cuando tuve el privilegio de formar parte del jurado. Recuerdo que, al motivar entonces mis palabras de salutación a los primeros ganadores, me referí al trabajo de Rosina, que incluía el texto que nos ocupa junto con otros diecinueve relatos, anotando yo su plataforma amistosa, de horizonte despejado, y aire fresco, varada en la consistencia, insistente en desarrollar el optimismo.
Todo autor es propietario de un imaginario interlocutor, No cuesta adivinar que Rosa Francia ha escrito esta historia impulsada por el deseo de una humanidad feliz.
La historia de las mariposas, sea la de Rosa Francia, Don Pedro Mir, Julia Álvarez, por mencionar escasamente algunos, es una aseveración portentosa, es un estandarte sin tiempo. Denuncia y proclama, el terror no puede con el temple y la vergüenza. La unión derriba los muros del miedo. La sangre no desangra la conciencia. Y cual mandato místico, la valentía fulmina el infierno.
Es ese el gran valor de la obra de Rosa Francia. Acerca a nuestros chiquitos a la historia, a la lectura, con su bagaje lúdico que también exhibe una flamante mochila educativa. Se trata de un texto idóneo para el aula. Cómo soslayar su exhortación a los valores patrios, a la solidaridad, a la compasión, a la libertad. Su contenido didáctico obliga a desear que se multiplique su presencia en la escuela, en entregas ora en Cívica, ora en Historia Dominicana, en Ciencias, Medio Ambiente, en Arte.
Se trata, repito, de un texto idóneo, para gozar además en familia, alrededor de su discurso anhelante, por los encargos del bien hacer, motivándonos a insertarnos en el inventario de sueños que tenemos pendiente alcanzar. Gran aporte para el presente y el futuro de un país que hoy se debate entre el fracaso de los ideales y el reino de los desalmados, donde la usura se ha apropiado de la buenhomía y al espanto y al dolor hay que tejerle una red, con la convicción, la fuerza y la unión de las mariposas.
Fue dicho, casi en la Víspera de la Navidad, en esa fecha en que los niños dominicanos recibieron Las Mariposas de Rosa Francia Esquea. Los sueños son más poderosos que los hechos. La esperanza siempre triunfa. Y la fuerza del amor traspasa la muerte.
http://hoy.com.do/las-mariposas-de-rosa-francia-esqueaaporte-al-presente-y-futuro-del-pas/
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