Muchos de los autores de literatura infantil y juvenil que conozco, los agradezco a estos dos idealistas del siglo XXI que tal y como explican en este texto, se han mantenido a puro entusiasmo por 10 años, que se dice pronto. Los felicito. Redoblo mi admiración por este duo de oro sin competencia en la promoción de la lectura. LNG.
En su texto “Ventana sobre la utopía” Eduardo Galeano nos dice que “ella”, la utopía, está en el horizonte; que si nos acercamos dos pasos, ella se va a alejar dos pasos. Si caminamos diez pasos, el horizonte se correrá diez pasos más allá. “Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré”, dice Galeano. “¿Para qué sirve la utopía?”, se pregunta el escritor. “Para eso sirve: para caminar.”, concluye.
Hace diez años que con Imaginaria comenzamos a transitar una manera de acercarnos a una utopía.
Nos gusta expresarlo de esta forma, en términos de una “utopía” a alcanzar, de un ideal a concretar. Porque el anhelo de esa meta inalcanzable es lo que nos permite construir un camino posible para acercarnos a ella. Y en el transcurso de esa construcción nos vamos dando cuenta de que el esfuerzo y el trabajo valieron la pena.
¿De qué les estamos hablando? ¿Cuál es esa “utopía” que estamos tratando de esbozarles?
“Promover la lectura”, de eso se trata nuestra utopía.
Entendemos que “leer” es un derecho y, como tal, tiene que poder ser ejercido por todos los miembros de una comunidad. La posibilidad de leer tiene que estar al alcance de todos. Y todos nosotros, como mediadores que nos llamamos, como profesionales que nos movemos dentro de este territorio cultural, tratamos de alcanzar esa utopía: el ejercicio de la lectura para todos y cada uno de los seres humanos.
Los caminos para llegar a ella los vamos construyendo individualmente en la medida de nuestra posibilidades (a veces escasas) y también en la medida de nuestras circunstancias (a veces muy difíciles). Pero sabemos que esos caminos se entrecruzan y comunican en una red colectiva que los enriquece y afianza. Una red colectiva que alimenta la esperanza de saber que siempre nos estaremos acercando a nuestra utopía, que nos hace mantener la convicción de que hay que seguir andando y de seguir haciendo camino en ese andar.
Ahora bien, de qué manera se inserta Imaginaria en esta empresa de promover la lectura. Pensémoslo de la manera más simple: los mediadores necesitamos herramientas para realizar nuestra tarea. Necesitamos capacitarnos y estar informados sobre la literatura y los libros; nos sentimos precisados por reflexionar sobre las mejores maneras acerca de la mediación que vamos a ejercer entre los libros y los lectores. Pero esas herramientas no siempre están al alcance de todos los mediadores; algunas son de difícil acceso, otras son retaceadas. Imaginaria pretende ser una herramienta y, a la vez, una herramienta para llegar a otras herramientas.
Pensamos que la mejor manera de festejar estos 10 años de Imaginaria es con otro número más en la Web. Realizado con el mismo compromiso e idéntica dedicación que todos y cada uno de los 253 números anteriores.
Hacer Imaginaria es una tarea ardua y por momentos difícil de sostener por la escasez de recursos con que cuentan los proyectos culturales en la parte del planeta en que nos tocó vivir. Pero, a la vez, es un trabajo muy grato y reconfortante sabiendo que contamos con la cálida e insustituible compañía de colaboradores y lectores.
Y la utopía seguirá estando allí; la única forma de alcanzarla es ir tras ella. En eso estamos, construyendo juntos ese camino.
Roberto Sotelo y Eduardo Abel Gimenez
Hace diez años que con Imaginaria comenzamos a transitar una manera de acercarnos a una utopía.
Nos gusta expresarlo de esta forma, en términos de una “utopía” a alcanzar, de un ideal a concretar. Porque el anhelo de esa meta inalcanzable es lo que nos permite construir un camino posible para acercarnos a ella. Y en el transcurso de esa construcción nos vamos dando cuenta de que el esfuerzo y el trabajo valieron la pena.
¿De qué les estamos hablando? ¿Cuál es esa “utopía” que estamos tratando de esbozarles?
“Promover la lectura”, de eso se trata nuestra utopía.
Entendemos que “leer” es un derecho y, como tal, tiene que poder ser ejercido por todos los miembros de una comunidad. La posibilidad de leer tiene que estar al alcance de todos. Y todos nosotros, como mediadores que nos llamamos, como profesionales que nos movemos dentro de este territorio cultural, tratamos de alcanzar esa utopía: el ejercicio de la lectura para todos y cada uno de los seres humanos.
Los caminos para llegar a ella los vamos construyendo individualmente en la medida de nuestra posibilidades (a veces escasas) y también en la medida de nuestras circunstancias (a veces muy difíciles). Pero sabemos que esos caminos se entrecruzan y comunican en una red colectiva que los enriquece y afianza. Una red colectiva que alimenta la esperanza de saber que siempre nos estaremos acercando a nuestra utopía, que nos hace mantener la convicción de que hay que seguir andando y de seguir haciendo camino en ese andar.
Ahora bien, de qué manera se inserta Imaginaria en esta empresa de promover la lectura. Pensémoslo de la manera más simple: los mediadores necesitamos herramientas para realizar nuestra tarea. Necesitamos capacitarnos y estar informados sobre la literatura y los libros; nos sentimos precisados por reflexionar sobre las mejores maneras acerca de la mediación que vamos a ejercer entre los libros y los lectores. Pero esas herramientas no siempre están al alcance de todos los mediadores; algunas son de difícil acceso, otras son retaceadas. Imaginaria pretende ser una herramienta y, a la vez, una herramienta para llegar a otras herramientas.
Pensamos que la mejor manera de festejar estos 10 años de Imaginaria es con otro número más en la Web. Realizado con el mismo compromiso e idéntica dedicación que todos y cada uno de los 253 números anteriores.
Hacer Imaginaria es una tarea ardua y por momentos difícil de sostener por la escasez de recursos con que cuentan los proyectos culturales en la parte del planeta en que nos tocó vivir. Pero, a la vez, es un trabajo muy grato y reconfortante sabiendo que contamos con la cálida e insustituible compañía de colaboradores y lectores.
Y la utopía seguirá estando allí; la única forma de alcanzarla es ir tras ella. En eso estamos, construyendo juntos ese camino.
Roberto Sotelo y Eduardo Abel Gimenez
Roberto Sotelo en la estación Baker Street del metro de Londres, que homenajea en sus paredes al detective Sherlock Holmes, personaje literario de Arthur Conan Doyle.
Roberto Sotelo (robisotelo@gmail.com) es Profesor de Enseñanza Primaria, Bibliotecario Escolar y Especialista Superior en Literatura Infantil y Juvenil.
Vive en Munro, provincia de Buenos Aires, Argentina.
Dirige Imaginaria junto a Eduardo Abel Gimenez desde su fundación en junio de 1999
Roberto Sotelo (robisotelo@gmail.com) es Profesor de Enseñanza Primaria, Bibliotecario Escolar y Especialista Superior en Literatura Infantil y Juvenil.
Vive en Munro, provincia de Buenos Aires, Argentina.
Dirige Imaginaria junto a Eduardo Abel Gimenez desde su fundación en junio de 1999
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