El día estallaba en rayos de luz.
Pétalos y hojas danzaban galantes.
La brisa y las flores tenían un romance.
Las nubes en fila formaban figuras
repletas de orlas azules y rosas.
Era exuberante la belleza fresca.
Transparente el día, estallaba en júbilo.
Una hermosa niña, con ojos de seda
miraba sin ver: -¡Ah que tiempo lento!
Mañana yo quiero estar en otro lugar
y entonces feliz danzaré de contento.
El día, que tanta bondad había desplegado
para que la niña sintiera su agrado ,
enconado tapó el sol, con viento y con lluvia,
nublando aquel día, frustrado marchó.
Moraleja:
Así en esta vida, vamos unos cuantos:
Perdiendo de vista lo que nos rodea
soñando con pájaros volando
y pasa el presente sin poder disfrutarlo.
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