miércoles, 13 de agosto de 2025

EL CABALLO DE MADERA, por José Ra. Peña

 

Coronel Charles McLaughlin

«Bien» era el nombre con el que llamábamos a mi tío Bienvenido. Era tallista, pero más que eso era un excelente escultor, tenía un arte nato para esculpir cualquier figura en madera: mujeres, hombres, grupos de personas, animales, en fin, lo que fuese, con una facilidad increíble y una reproducción fiel del modelo. Decían que era el Miguel Ángel criollo. Para mí eso era bien acertado, pues lo vi haciendo trabajos de talla en muchísimas ocasiones que eran obras maestras, según mi apreciación de ese entonces; y, además, había nacido el mismo día que el escultor florentino: un 6 de marzo.

Esa mañana de agosto, había salido bien temprano de una casa ubicada en la avenida Bartolomé Colón, propiedad de la familia de su esposa, herencia de sus padres. Era una casa de madera con un patio enorme con cuarterías en uno de los laterales. El día anterior, antes de caer la tarde, había recibido un mensaje de parte del coronel Charles McLaughlin, padre de Alma, la esposa del general Héctor (Negro) Trujillo, para que llegara temprano, antes de las 7:00 am de ese día, a su casa, situada en la calle Dr. Delgado, esquina Cachimán, cerca de la iglesia Don Bosco y a 15 minutos a pie de la vivienda de Bienvenido. La casa era enorme, tenía una piscina y una gran terraza. Precisamente allí le esperaba el coronel. Luego del saludo respetuoso del tallista, el coronel le dijo:

—Maestro, quiero que vea esto —al tiempo que retiraba una especie de lona blanca, y mostraba un enorme tronco de caoba centenaria de más de dos metros de altura y casi 1.30 metros de diámetro. Era una de esas incautaciones de madera que hacían los guardias a los monteros en las lomas dominicanas. Se necesitó de muchos hombres para cargar y colocar esa mole allí. El coronel añadió:

—El jefe cumple años el 24 de octubre y quiero hacerle un regalo, ¿usted puede esculpir un caballo del tamaño de uno de verdad? Tenemos casi dos meses para ello ¿qué me dice?

El maestro, miró el enorme tronco desde todos los ángulos posibles, lo tocó por diferentes partes, deslizó sus manos por un lateral del tronco que acusaba una ligera curvatura o inclinación hacia ese lado. No era un cilindro perfecto, tenía irregularidades, como todo lo que crece en la naturaleza, y una especie de cicatriz circular, fruto de un antiguo corte en la superficie y casi a mitad de su altura.

—Para que sea de tamaño natural, debo hacerlo encabritado, de otra manera habría que hacerlo a escala y más pequeño.

—Hágalo encabritado—, dijo el coronel. ¿En cuánto tiempo lo termina? —El maestro volvió a mirar la pieza y dijo:

—Si comienzo hoy puedo terminarlo antes de 50 días.

El coronel asintió, acordaron un pago y ese mismo día Bienvenido selló su suerte.

El maestro llevó sus herramientas de trabajo, constituidas por escoplos de diferentes medidas, gubias, varias escofinas y limas, tres hachuelas, un hacha grande, un mazo de madera que había hecho de una traviesa de una vieja línea de ferrocarril en Sánchez. También varios lápices de carbón y un manojo de papel de estraza para dibujar. Usaba pantalón color kaki, con las puntas de los ruedos dentro de las medias de los zapatos, pues usaba una bicicleta de canasto para llevar sus herramientas.

Se sentó en una silla o taburete de metal y frente a una mesa grande de madera que estaba en el salón, comenzó a dibujar los bocetos de un brioso caballo encabritado. Luego de muchos dibujos, optó por el que consideró idóneo a la forma de la mole de Caoba. Colocó el boceto elegido en el suelo y comenzó a darle forma al tronco, devastando grandes porciones, primero con el hacha y luego con las hachuelas, hasta llevarlo a una forma aproximada de lo que sería la base para luego pasar al uso de herramientas más delicadas, como los escoplos y las gubias. Llegó al final de ese primer día y así siguieron repitiéndose los demás, usando los escoplos, las gubias, escofinas y limas. La forma difusa de la mole iba cambiando; cada día se parecía más al boceto elegido. Todos los días tallaba, esculpía y al final recogía las virutas, dejando el lugar como si nadie hubiese estado allí.

Luego de 45 días de trabajo, dio los retoques finales; había hecho una obra maestra. De la mole inicial había brotado, fruto de las manos y la destreza del maestro, un brioso caballo alazán con las patas levantadas al aire, empinado en las traseras; con la crin al vuelo y la cola majestuosa. Parecía tener vida. Bruñó la superficie del caballo con un tinte transparente que había perfeccionado desde niño cuando aprendió el oficio con su hermano Federico y dejó la obra lista para el escrutinio del Coronel. Este quedó maravillado con el resultado y le dijo al maestro:

—Ponle esta cubierta y escóndete detrás de ese gran mueble, que el jefe está aquí en la sala y quiero enseñarle el caballo.

Bienvenido se escondió detrás del mueble, justo a tiempo, pues oyó pasos fuertes y sonidos de botas militares acercándose.

—Mire Generalísimo, este regalo es para usted —escuchó las palabras del coronel y el sonido cortante que produjo el retiro de la pieza de tela que cubría al caballo.

—¡Coño y esta vaina! ¿Quién hizo esto?, —oyó la voz firme y enérgica del Generalísimo Trujillo y antes de escuchar las siguientes palabras, entró en pánico. Un profundo temor y pesar se apoderaron de él. No pudiendo contener el miedo, se le aflojaron las piernas, se sentó en el piso y se cagó en los pantalones.

—¡Esto es una obra maestra! Parece que está vivo ¿Quién hizo este caballo?, —repitió Trujillo.

—Maestro, salga que el jefe quiere conocerlo —Bienvenido, a duras penas se levantó, se quedó detrás del mueble y saludó.

—¿Y usted tan joven fue quien hizo esta obra de arte?

—Sí, su excelencia —apenas pudo balbucear.

—Págale el triple de lo que acordaste con él y envíame el caballo a casa de doña Julia. Gracias Charles, es un regalo magnífico —y se fue con su escolta dejando solo en el salón al coronel y al maestro.

El coronel le pagó el triple de lo acordado y al retirarse le preguntó:

—Maestro ¿no siente un olor a mierda? —Bien, rápidamente respondió:

—Tengo gripe desde hace varios días y no percibo ningún olor, pero mande a revisar al caballo… —y se marchó en su bicicleta con la cartera y las piernas repletas.

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Generalísimo Rafael Leónidas Trujillo Molina y su hermano General Héctor Bienvenido Trujillo Molina “Negro” es la sazón de presidente de la República Dominicana.

Se nota la banda presidencial sobre Héctor B Trujillo quien fue presidente de la República entre El 16 de Agosto 1952 - 1960

Aunque es poco conocido, Héctor B. Trujillo era llamado de apodo “Negro” por su téz oscura en comparación con los demás hermanos, desde los 18 años se enlistó en las filas del ejército y llegó a obstentar el rango de Generalísimo.

Se casó con doña Alma McLaughlin quien era hija del Coronel Piloto Charles McLaughlin quien vino al país en el 1915 con los Marines Americano durante la invasión y fue el primer administrador de Dominicana de Aviación, doña Alma McLaughlin aún vive aquí en esta capital.

Héctor Bienvenido Trujillo Murió en Octubre del 2002 en la ciudad de Miami a sus 94 años.

#Historiatrujillista.
#Eljefevive.

viernes, 27 de junio de 2025

EL PESO FALSO, por Pedro Henríquez Ureña

  


     ¿Por qué llora la Isabelitica? Estaba en la puerta de su casa de la sierra, con su muñeca del Día de los Reyes Magos.

     Su casa de la sierra, en el pueblo donde su papá tiene la mina, es la que le gusta más entre todas sus casas. La de la capital es muy grande y tiene muchos criados, y tres automóviles, pero la mamá se pierde en ella, y a veces sale a la calle sin avisar, y cuando Isabelitica la busca y no la encuentra, cae enferma, y la mamá tiene que pasarse la noche junto a su cama. ¡Y luego tantas salas donde no la dejan entrar! La casa del lago es muy bonita, y hay botes; pero está muy sola, hay muy pocos vecinos y no se halla nada que hacer sino pasear en bote o montar en burro. Y la casa del mar, muy chiquita; es alegre bañarse en el mar y salir en el yate del papá; pero el puerto ¡qué feo, con tantas aves negras! No, ninguna casa como la casa de la sierra.

     Allí pasan la Navidad y el Año Nuevo, y esperan a los Reyes Magos.

 

     Ahora los Reyes le trajeron esta muñeca preciosa: del mismo tamaño que Isabelitica, pero no morena, sino rubia, con los ojos azules; y acostándola cierra los ojos, y si la inclinan hacia adelante llora, y si le aprietan el estómago dice ¡naturalmente! «papá», y si le aprietan el corazón dice ¡naturalmente! «mamá», y si le dan cuerda echa a andar; eso sí, hay que enderezarla bien para que al andar no se caiga.

     Es muy divertido estar en la puerta de la casa, porque se ven muchas cosas. Se ve la niebla fina que flota y sube y baja entre los pinos de la montaña. Se ve la nieve de las alturas, cambiando de color con el sol y con las nubes. ¡Qué tonto Martincito, el primo, creyendo que la nieve unas veces sería de fresa y otras veces sería de limón! Pero Isabelitica sabe cómo es la nieve, porque ha subido a la montaña: a veces, cuando su papá y sus dos hermanos grandes salen de caza, las llevan, a ella y a sus dos hermanas mayores, Natalia y Sofía, hasta una parte del camino. Y van con perros muy delgados, que dan aullidos muy largos. ¡Y el día que Isabelitica soltó los perros, y se fueron solos a la montaña, y ella les corría detrás, queriendo detenerlos! Todo el pueblo le llamaba: ¡Isabelitica! Los perros no le hacían caso: tuvieron que ir a traerlos los monteros del papá, tocando sus cuernos de caza, y de lejos no se distinguía cuándo tocaban ellos el cuerno y cuándo los perros ladraban.

     Por delante de la casa se ve pasar mucha gente, y todas son cosas curiosas. Ahí va ese hombre con ese animal que tiene largas las patas de atrás y cortas las de delante, y lleva cinco animalitos en la bolsa del vientre. ¡Qué cosa más rara! Da un poco de miedo. Pero los animalitos son muy graciosos.

     —¿No me regala uno de sus animalitos?

     —No puedo, porque se moriría, ¿no ves que todavía están mamando?

     Aquí viene Magdalena, la hija del carnicero. Es muy burlona. Pero ahora está muy sorprendida de ver la muñeca, Isabelitica se la muestra, y la hace hablar, y la hace andar. Y cuenta que a Natalia, su hermana rubia, le trajeron los Magos una muñeca de pelo castaño y ojos grises, con traje verde, y a Sofía, su hermana de pelo castaño, una muñeca de pelo y ojos negros, con traje rojo.

     —¿Todo cambiado? —ríe Magdalena.

     —Sí, así tiene más gracia —le contesta Isabelitica. Pero le queda la inquietud de que a ella, secretamente, le gusta la muñeca de ojos grises más que la suya de ojos azules.

     Magdalena mira y toca el traje azul celeste de la muñeca rubia, y el sombrerito, y las mediecitas, y los zapatitos. Y de pronto sale huyendo con uno de los zapatitos.

     Isabelitica quiere ir detrás de Magdalena; pero entre que Magdalena salió huyendo muy de prisa y que no es fácil correr con una muñeca tan grande, al fin se queda en la puerta, pensando en ir a contarle a la mamá aquella maldad, para que hablen a la carnicería y devuelvan el zapatito. Pero ahí viene una mujer con unas guitarritas pintadas de muchos colores. ¡Qué lindas! Isabelitica quiere una, naturalmente; la mujer le dice que todas las tiene comprometidas, que las lleva a casa del ingeniero inglés, porque en la tarde las niñas inglesas tienen baile de muñecas, y esas son las guitarras para los músicos de la orquesta, que son muñecos con trajes típicos. Isabelitica va a la fiesta de las niñas inglesas. Pero quiere guitarritas para sí, y la mujer se las promete para mañana

     Hay que hablarle al papá, porque con este trajín del Día de Reyes, y con la novedad de la muñeca, no se ha acordado de pedir dinero. ¡Y en estos días hay tantas cosas que comprar!

     En eso, viene por la calle una niña que Isabelitica no conoce, una niña campesina, que viene jugando con un peso, tirándolo sobre el empedrado y recogiéndolo cuando rueda. A veces se mete entre dos piedras, da trabajo sacarlo, pero al fin lo saca, divertidísima.

     —¡Qué lindo tu peso!

     —Sí, es muy lindo. A cada rato parece que se me va a perder, pero siempre lo encuentro.

     —¿No me lo das?

     —¡Ay, no!

     —Mira: te doy este zapatito de mi muñeca.

     —¡Ay, qué muñeca! —y aquí no para de mirar y tocar y examinar la muñeca, y de averiguar cómo anda, y cómo habla, y cómo llora, y cómo duerme.

     —¿Pero què hago yo con un zapatito?

     —Te doy las mediecitas también. —Y para adentro: la muñeca trajo doble de todo.

     —¿Pero para qué las quiero?

     —Te doy el traje.

     —Pero ese traje cuesta caro. Y mi peso es falso. ¿No oyes cómo suena?

     —¡Pero yo lo quiero!

     —¿Pero qué hago yo con el traje si yo no tengo muñecas de ese tamaño?

     —Te doy la muñeca por el peso.

     Brillaron los ojos de la campesinita. Débilmente dijo:

     —Pero el peso es falso…

     —No importa; yo lo quiero.

     La campesinita desaparece con la muñeca, a todo correr, volviendo la cabeza de cuando en cuando. Isabelitica se queda jugando con el peso.

     A los pocos minutos suspira por la muñeca. Al fin entra en la casa llorando. 

     —¿Por qué llora la Isabelitica?

     —¡Qué niña esta! ¡A quién se le ocurre! Corran a ver si descubren a la chica del peso falso. ¿Cómo era? ¿Para dónde iba? 

     Isabelitica está enferma de llorar. No puede ir a la fiesta de las amiguitas inglesas; Natalia y Sofía se irán solas, porque la mamá se queda en casa, inventando maneras de calmar a la pequeña. Al fin, la fatiga y las promesas vencen el llanto de Isabelitica; se telegrafiará pidiendo otra muñeca igual, si no aparece la del trueque. Y hay que telegrafiar, en efecto, porque los criados vienen diciendo que anduvieron por todas partes y pudieron saber que por el camino de Chinaulingo pasó una niña campesina con una muñeca grande, pero en Chinaulingo nadie da razón de ella y nadie ha visto la muñeca.

 

La Luz Vieja, por Juan Báez Melo


Matanzas debe su nombre al hecho de que una vez sirvió como matadero general de varias comunidades, por lo tanto, debió de ser inmensa la cantidad de huesos que en el conglomerado existiría.

Se dice que algunas personas la perseguían y no la alcanzaban. Era como una bola de humo, que se movía con cualquier brisa, hasta con el impulso de los mismos perseguidores.

También se decía que el que la alcanzaba sufría de fiebre. 

Se afirmaba que era común verla en las cocinas de Julita Colón y de Ana Popolo, también en el olivo de la laguna y en el tamarindo de Loló Guerrero. 

La vieron por los frentes de lo que luego fue el matadero municipal. Me dijo el tío que un golpe de brisa se la llevó para el cerro.

Se señala que salía cuando había un enfermo de gravedad y que así sucedía porque era para anunciar muertos, pero es que en esa época las personas sólo se trasnochaban cuando había enfermos en estado de gravedad.

Meraldo Pimentel Melo el hijo de Rosa Tavito, me dijo que una vez notó una claridad que entraba por el tragaluz de su casa y que cuando se asomó era la Luz Vieja en el tamarindo y que de allí voló para la cocina de La Bola (Meraldo todavía está vivo y puede corroborar lo que aquí expreso).

Noticias que a mí han llegado de parte del primo Juan Báez Tejeda (Cupey), dicen que cuando el abuelo Pancho Báez estaba grave, los que asistían a su velatorio la vieron saliendo de por donde Ana Popolo y voló hacia el olivo de Domingo Carmenelia. Desde allí se fue de rama en rama hasta el tamarindo de Loló Guerrero, de donde, igual que en la historia de Meraldo, continuó para la cocina de la Bola.

Algunas de las personas que estaban en el velatorio la persiguieron, pero desapareció en el lugar ya mencionado.

Hubo una época que en Matanzas era común ver este fenómeno de la naturaleza, hoy extraño para los menores de cuarenta años, quienes ahora me preguntan si era verdad lo que decían los viejos. Pues sí, es verdad y no tenía relación con nada del otro mundo, ni con misterio alguno sobre muertos y aparecidos.

La Luz Vieja, que en otras partes llaman la Luz Andante o la Luz Mala, es producida por el fósforo que despiden los huesos en su estado de descomposición. Este fenómeno, se veía en las comunidades banilejas en una época cuando las mismas eran Hatos Ganaderos.

En Matanzas escasearon sus apariciones cuando llegó la Colonia Cañera, ya que todas las tierras fueron removidas, dejando en libertad el fósforo.

Cuando la vieron (en la gravedad del abuelo Pancho), es la penúltima noticia que de ella tenemos. Eso fue en 1967, antes de llegar el servicio de luz eléctrica, lo que nos lleva a la conclusión de que la claridad que existe en las noches presentes puede impedir ver las escasas veces que pueda salir.

viernes, 20 de junio de 2025

Si la fantasía se perdiera, la brújula la encontraría en Brunilda Contreras; prólogo por Yuan Fuei Liao



Las palabras son un mundo de posibilidades infinitas, y cuando se trata de jugar con ellas, la fantasía se desborda. Este es el universo de las greguerías, hermanas cómicas de los aforismos. Una greguería podría ser un verso disfrazado de chiste, o tal vez un refrán con cara de sonrisa. Combina el ingenio, la poesía y la observación aguda del mundo cotidiano. Fue el escritor español Ramón Gómez de la Serna quien las creó y  las enmarcó como «metáforas más humorismo». A través de ellas, lo común se transforma en algo extraordinario, y lo abstracto se vuelve palpable, invitándonos a ver la realidad desde una perspectiva fresca y divertida.

Este libro de greguerías para niños, escrito por la laureada autora y educadora dominicana Brunilda Contreras, nos abre las puertas a ese maravilloso juego con las palabras. Ella no solo observa el mundo, sino que lo escucha, lo siente y lo reinventa, desde su herencia de sabiduría popular (la sapiencia que los campesinos transmiten con naturalidad) hasta sus vastos conocimientos en la neurolingüística, aunados a su fértil vocación de maestra. Con un lenguaje repleto de chispa y creatividad, sus greguerías hacen sonreír, pero también llaman a pensar. Cada frase es una ventana que nos descubre la magia que se esconde en la cotidianidad.

Las greguerías de Brunilda son tesoros lúdicos que despiertan la curiosidad de los niños: encuentran en ellas una forma de entender y disfrutar el idioma. ¿Qué niño no sonreiría al descubrir que «las mariquitas no comen sandías porque creen que son su bisabuela»? ¿O que «el piano es muy simpático porque siempre tiene los dientes al aire»? Estas imágenes juguetonas no solo provocan hilaridad, sino que también fomentan la reflexión y el desarrollo de la capacidad de observación y de asombro.

En el lápiz de Brunilda, las cosas más simples cobran vida propia. El murciélago en vuelo se convierte en «una sombrilla partida por la mitad», el pavo real en un «abanico de orgullo», y la copa del árbol en «el cielo de las aves». Ella tiene la habilidad de capturar la esencia poética de los objetos y situaciones, presentando ideas que resuenan con una verdad divertida y, tantas veces, profunda. Así, «la jirafa casi no duerme porque teme soñar con un cuello más largo», mientras que «el gallo vive en la cresta del machismo». Estos malabares de palabras no despiertan solamente la risa: también la mirada contemplativa en los pequeños lectores.

Adicionalmente, en este juego de vocablos, los niños aprenden a valorar la importancia del lenguaje. Las greguerías, con su cercanía a la poesía, nos muestran que las palabras no solo tienen significado: además poseen una forma, una música y un ritmo que podemos explorar. Cada greguería es una chispa de creatividad que enciende la fantasía y enseña a admirar el mundo con ojos curiosos.

La autora, con su estilo único —y su doble amor por los niños y por las palabras— nos regala en este libro una herramienta maravillosa para el desarrollo de la creatividad. Al jugar con el lenguaje, los niños se divierten en grande, a la vez que desarrollan habilidades importantes para la vida: la capacidad de ver el mundo desde diferentes perspectivas, el placer por descubrir lo inusual en lo cotidiano, y el arte de expresarse de manera novedosa.

Definitivamente, nuestra Brunilda Contreras ha alzado su voz entre las estrellas de la literatura infantil. Se ha dejado arropar por el aura luminosa de Gianni Rodari, el ingenio poético de María Elena Walsh y la ternura narrativa de Jairo Aníbal Niño. Con sus palabras, se une al firmamento de los grandes creadores, tejiendo con cada greguería un nuevo brillo en el cielo de la imaginación, con dedicación amorosa e invaluable.

Además, este libro se convierte en un atesorado álbum ilustrado gracias al extraordinario talento de Verouschka Freixas, artista plástica, profesora de arte e «ilustradora que escribe», como ella se autonombra. Con los colores y trazos de Verouschka, este libro álbum se convierte en un mundo habitado por palabras y dibujos que dialogan en un lenguaje de sugerencias y misterios. Aquí, las ilustraciones no sólo decoran el texto: dicen lo que las palabras callan, abren caminos que los lectores recorren en silencio, en busca de algo más allá de lo que ven. Cada imagen lleva al observador a preguntarse qué sucedió antes y qué podría ocurrir después, invitándolo a un juego donde el pincel y la palabra hacen malabares. Por eso celebro este binomio de Brunilda y Verouschka: juntas son una explosión de colores y sonidos que garantizan que los niños sonrían, se rían, sueñen, amen y disfruten la lectura.

En resumen, este libro no es solo un conjunto de frases ingeniosas: es un puente hacia la poesía, la reflexión y la diversión. Es una invitación a que los niños, junto a sus familias, disfruten del asombro de las palabras. Así que, ¡abramos sus páginas y dejémonos sorprender por el encanto de palabrista, tan propia de Brunilda Contreras, y su maravilloso mundo de las greguerías!

Llegó el momento de poner punto final a este prólogo, porque «el punto es el freno de la oración».


Yuan Fuei Liao

Autor de literatura infantil y juvenil, docente y papá


miércoles, 18 de junio de 2025

sábado, 10 de mayo de 2025

"El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez": Jasminne Paulino y su aporte a la literatura dominicana por Ángela Abreu

 Letras Dominicanas☻Nueva York - may. 09, 2025 | 12:15 p. m.

Una Nueva Página en la Literatura Dominicana

Una historia que destaca la diversidad y la inclusión en la literatura


El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez: Una Nueva Página en la Literatura Dominicana

En los libros dominicanos de hoy, pocas historias han logrado mostrar con tanta sensibilidad las experiencias de jóvenes con formas diferentes de pensar y sentir como "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" (The Extraordinary Orbit of Alex Ramírez) de Jasminne Paulino.

Esta novela en verso, que será publicada el 3 de junio de 2025 por G.P. Putnam's Sons Books for Young Readers, es especialmente valiosa porque habla de temas que casi nunca vemos en nuestros libros.

Con 304 páginas y dirigida a lectores de 5 a 9 años, este libro promete ser una adición significativa a la literatura infantil dominicana.

La obra de Paulino es importante para la literatura dominicana por varias razones. Primero, habla de la neurodivergencia (formas diferentes de pensar y procesar información, como el ADHD) desde una mirada dominicana, rompiendo el silencio que normalmente existe en nuestras comunidades latinas sobre estos temas.

"Los datos muestran que menos del 1 % de los libros dominicanos tienen personajes principales con discapacidades, y casi no existen protagonistas neurodivergentes en nuestros libros para jóvenes"

Angy Abreu“

Como la misma autora dice en su entrevista con la Asociación de Escritores Dominicanos: "Las comunidades latinas, no hablamos de eso. No nos sentimos cómodos reconociendo que algunos de nuestros niños tienen diferencias, que necesitan diferentes tipos de entornos".

Paulino eligió escribir su libro como una novela en verso, algo que no es casual. Según explica: "Su voz es muy musical. Y me gusta pensar que las novelas en verso deberían leerse como música".

Esta forma de escribir enriquece nuestra literatura dominicana, donde este estilo no ha sido muy usado, especialmente en libros para jóvenes.

Si miramos los libros dominicanos, vemos que muy pocos hablan sobre personas con formas diferentes de pensar, con ADHD o con discapacidades, especialmente en libros para jóvenes.

Los datos muestran que menos del 1 % de los libros dominicanos tienen personajes principales con discapacidades, y casi no existen protagonistas neurodivergentes en nuestros libros para jóvenes.

Esto contrasta con lo que está pasando en otros países de Latinoamérica, donde en los últimos cinco años ha aumentado la presencia de personajes neurodivergentes en los libros. Incluso en el Caribe, países como Cuba y Puerto Rico han explorado más estos temas, mientras que en República Dominicana nos hemos quedado un poco atrás.

Una excepción importante es Jasminne Méndez, autora dominicano-estadounidense que escribió "Aniana del Mar Jumps In" (publicada en español como "Aniana del Mar se avienta"), sobre una nadadora de 12 años a quien le diagnostican artritis juvenil.

Este libro trata sobre una discapacidad física y cómo una niña lucha por lo que ama a pesar de los obstáculos. Como dice la reseña: "Esta es la historia de una niña que debe crecer como las mareas para encontrar su fuerza y defender lo que ama".

El libro de Paulino da un paso más al poner la neurodivergencia como tema central y crear un personaje como Alex Ramírez, que resulta auténtico y profundo, ayudando a llenar este vacío en nuestros libros.Lo que hace que "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" sea tan especial es que conecta temas que todos podemos entender con experiencias propias de nuestra cultura. Alex, un estudiante de séptimo grado neurodivergente que quiere salir de su aula especial, representa la lucha de muchos jóvenes por ser reconocidos y respetados por quienes son.

El libro, escrito en verso con un estilo accesible y con diálogos en español que honran las raíces dominicanas y puertorriqueñas del protagonista, aborda temas como:

  • Aprender a defenderse uno mismo
  • Buscar quién eres cuando te sientes limitado
  • Cómo son las familias latinas cuando tienen un hijo con necesidades diferentes
  • Cómo nuestras pasiones nos ayudan a entender el mundo

La obsesión de Alex por la NASA y el espacio es un símbolo poderoso de su deseo de libertad y de explorar más allá de sus límites.

Como dice Paulino: "Los adultos y niños neurodivergentes tienden a enfocarse intensamente en cosas que les apasionan. Quería que él tuviera eso como forma de entender el mundo".

La publicación de este libro marcará un momento especial para la literatura dominicana porque creará un espacio donde los jóvenes neurodivergentes dominicanos podrán verse reflejados y sentirse valorados.

En un país donde estos temas muchas veces se callan o se ignoran, "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" ofrecerá representación y reconocimiento.

La novela también rompe con ideas fijas sobre lo que "debe ser" la literatura dominicana, demostrando que nuestros autores pueden hablar de temas universales desde nuestras propias experiencias.

Aunque está publicada originalmente en inglés, esta obra contribuirá mucho a nuestra literatura dominicana, especialmente la que se escribe en la diáspora, ampliando los temas y estilos de lo que consideramos "literatura dominicana".

El lanzamiento del libro el 3 de junio de 2025 coincidirá con un momento en que hay más conciencia sobre la importancia de la diversidad en los libros para niños y jóvenes.

En este contexto, "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" aparecerá como un libro pionero que ampliará la representación de experiencias neurodivergentes en la literatura dominicana.

Reconocimiento y críticas

Aunque el libro aún no ha sido publicado, ya ha recibido elogios extraordinarios de críticos y autores destacados. Booklist le otorgó una reseña destacada, señalando que "la obra captura las aspiraciones de un estudiante y su ascenso al éxito mientras se convierte en el héroe de su propia historia", y la describe como "una lectura obligada".

School Library Journal también le dio una reseña destacada, llamándola "una celebración de la perseverancia, la inteligencia en todas sus formas y la importancia de ser visto por quien uno realmente es".

Kirkus Reviews la califica como "una historia edificante sobre la importancia de creer en uno mismo".

El desafío de preservar nuestra voz: la traducción auténtica en la literatura dominicana

El aclamado autor Jason Reynolds describe la obra como "extraordinaria", destacando cómo la historia muestra a "un niño que está seguro de su propia magia en medio de los adultos dudosos que lo rodean".

La propia Jasminne Méndez, autora de "Aniana del Mar Jumps In", comenta: "Un libro excelente para cualquier joven que haya luchado por encontrar las palabras y la fuerza para hablar y defenderse a sí mismo".

El libro también ha sido elogiado por incluir naturalmente frases en español que reflejan las raíces del protagonista, añadiendo autenticidad y profundidad cultural a la narrativa.

Quizás lo más valioso de esta obra sea su mensaje de empoderamiento. Como dice Paulino sobre lo que espera que los lectores saquen de su libro: "Es para los jóvenes que sienten que no están siendo vistos, que hay algo que esperan hacer, y tal vez sienten que no hay espacio para ellos. Es una invitación a dar un paso hacia esa cosa".

Este mensaje conecta profundamente con la realidad dominicana, donde muchos jóvenes, especialmente aquellos con experiencias distintas a la mayoría, a menudo luchan por encontrar su voz y su lugar.

La historia de Alex ofrece un ejemplo de perseverancia y valentía que puede inspirar a cualquiera, sin importar de dónde venga.

Conclusión

"El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" es una valiosa adición a los libros dominicanos de hoy.

Con su formato en verso, su forma sensible de hablar sobre la neurodivergencia y su mensaje sobre la importancia de defender lo que uno es, Jasminne Paulino ha creado un libro que amplía lo que la literatura dominicana puede ser y hacer.

En un momento en que las voces dominicanas que escriben desde otros países están enriqueciendo nuestra literatura, esta obra brilla como un ejemplo de cómo los autores dominicanos están abordando temas actuales con sensibilidad y relevancia cultural.

Sin duda, "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" marcará un antes y un después en los libros dominicanos para jóvenes, abriendo el camino para futuras historias sobre la diversidad neurológica y la experiencia adolescente desde nuestra mirada caribeña.


Ángela Abreu

Ángela "Angy" Abreu es la fundadora y directora ejecutiva de la Dominican Writers Association (DWA), una organización sin fines de lucro 501(c)(3) dedicada a amplificar y promover las obras de autores dominicanos en los Estados Unidos. Como directora ejecutiva de DWA, Angy está comprometida con el apoyo a escritores emergentes que buscan publicar sus obras, ya sea de manera tradicional o independiente, proporcionándoles herramientas, recursos y oportunidades para el desarrollo continuo de su talento. Su visión es integrar a estos escritores en el canon literario dominicano, enriqueciendo la narrativa, la visibilidad y la representación de la diáspora dominicana dentro del panorama literario global.


ORIGINAL EN: https://www.diariolibre.com/usa/opinion-usa/2025/05/09/literatura-dominicana-el-extraordinario-orbitar-de-alex-ramirez/3105874

EL CABALLO DE MADERA, por José Ra. Peña

  Coronel Charles McLaughlin «Bien» era el nombre con el que llamábamos a mi tío Bienvenido. Era tallista, pero más que eso era un excelen...