sábado, 10 de mayo de 2025

"El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez": Jasminne Paulino y su aporte a la literatura dominicana por Ángela AbreuÁngela Abreu

 Letras Dominicanas☻Nueva York - may. 09, 2025 | 12:15 p. m.

Una Nueva Página en la Literatura Dominicana

Una historia que destaca la diversidad y la inclusión en la literatura


El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez: Una Nueva Página en la Literatura Dominicana

En los libros dominicanos de hoy, pocas historias han logrado mostrar con tanta sensibilidad las experiencias de jóvenes con formas diferentes de pensar y sentir como "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" (The Extraordinary Orbit of Alex Ramírez) de Jasminne Paulino.

Esta novela en verso, que será publicada el 3 de junio de 2025 por G.P. Putnam's Sons Books for Young Readers, es especialmente valiosa porque habla de temas que casi nunca vemos en nuestros libros.

Con 304 páginas y dirigida a lectores de 5 a 9 años, este libro promete ser una adición significativa a la literatura infantil dominicana.

La obra de Paulino es importante para la literatura dominicana por varias razones. Primero, habla de la neurodivergencia (formas diferentes de pensar y procesar información, como el ADHD) desde una mirada dominicana, rompiendo el silencio que normalmente existe en nuestras comunidades latinas sobre estos temas.

"Los datos muestran que menos del 1 % de los libros dominicanos tienen personajes principales con discapacidades, y casi no existen protagonistas neurodivergentes en nuestros libros para jóvenes"

Angy Abreu“

Como la misma autora dice en su entrevista con la Asociación de Escritores Dominicanos: "Las comunidades latinas, no hablamos de eso. No nos sentimos cómodos reconociendo que algunos de nuestros niños tienen diferencias, que necesitan diferentes tipos de entornos".

Paulino eligió escribir su libro como una novela en verso, algo que no es casual. Según explica: "Su voz es muy musical. Y me gusta pensar que las novelas en verso deberían leerse como música".

Esta forma de escribir enriquece nuestra literatura dominicana, donde este estilo no ha sido muy usado, especialmente en libros para jóvenes.

Si miramos los libros dominicanos, vemos que muy pocos hablan sobre personas con formas diferentes de pensar, con ADHD o con discapacidades, especialmente en libros para jóvenes.

Los datos muestran que menos del 1 % de los libros dominicanos tienen personajes principales con discapacidades, y casi no existen protagonistas neurodivergentes en nuestros libros para jóvenes.

Esto contrasta con lo que está pasando en otros países de Latinoamérica, donde en los últimos cinco años ha aumentado la presencia de personajes neurodivergentes en los libros. Incluso en el Caribe, países como Cuba y Puerto Rico han explorado más estos temas, mientras que en República Dominicana nos hemos quedado un poco atrás.

Una excepción importante es Jasminne Méndez, autora dominicano-estadounidense que escribió "Aniana del Mar Jumps In" (publicada en español como "Aniana del Mar se avienta"), sobre una nadadora de 12 años a quien le diagnostican artritis juvenil.

Este libro trata sobre una discapacidad física y cómo una niña lucha por lo que ama a pesar de los obstáculos. Como dice la reseña: "Esta es la historia de una niña que debe crecer como las mareas para encontrar su fuerza y defender lo que ama".

El libro de Paulino da un paso más al poner la neurodivergencia como tema central y crear un personaje como Alex Ramírez, que resulta auténtico y profundo, ayudando a llenar este vacío en nuestros libros.Lo que hace que "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" sea tan especial es que conecta temas que todos podemos entender con experiencias propias de nuestra cultura. Alex, un estudiante de séptimo grado neurodivergente que quiere salir de su aula especial, representa la lucha de muchos jóvenes por ser reconocidos y respetados por quienes son.

El libro, escrito en verso con un estilo accesible y con diálogos en español que honran las raíces dominicanas y puertorriqueñas del protagonista, aborda temas como:

  • Aprender a defenderse uno mismo
  • Buscar quién eres cuando te sientes limitado
  • Cómo son las familias latinas cuando tienen un hijo con necesidades diferentes
  • Cómo nuestras pasiones nos ayudan a entender el mundo

La obsesión de Alex por la NASA y el espacio es un símbolo poderoso de su deseo de libertad y de explorar más allá de sus límites.

Como dice Paulino: "Los adultos y niños neurodivergentes tienden a enfocarse intensamente en cosas que les apasionan. Quería que él tuviera eso como forma de entender el mundo".

La publicación de este libro marcará un momento especial para la literatura dominicana porque creará un espacio donde los jóvenes neurodivergentes dominicanos podrán verse reflejados y sentirse valorados.

En un país donde estos temas muchas veces se callan o se ignoran, "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" ofrecerá representación y reconocimiento.

La novela también rompe con ideas fijas sobre lo que "debe ser" la literatura dominicana, demostrando que nuestros autores pueden hablar de temas universales desde nuestras propias experiencias.

Aunque está publicada originalmente en inglés, esta obra contribuirá mucho a nuestra literatura dominicana, especialmente la que se escribe en la diáspora, ampliando los temas y estilos de lo que consideramos "literatura dominicana".

El lanzamiento del libro el 3 de junio de 2025 coincidirá con un momento en que hay más conciencia sobre la importancia de la diversidad en los libros para niños y jóvenes.

En este contexto, "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" aparecerá como un libro pionero que ampliará la representación de experiencias neurodivergentes en la literatura dominicana.

Reconocimiento y críticas

Aunque el libro aún no ha sido publicado, ya ha recibido elogios extraordinarios de críticos y autores destacados. Booklist le otorgó una reseña destacada, señalando que "la obra captura las aspiraciones de un estudiante y su ascenso al éxito mientras se convierte en el héroe de su propia historia", y la describe como "una lectura obligada".

School Library Journal también le dio una reseña destacada, llamándola "una celebración de la perseverancia, la inteligencia en todas sus formas y la importancia de ser visto por quien uno realmente es".

Kirkus Reviews la califica como "una historia edificante sobre la importancia de creer en uno mismo".

El desafío de preservar nuestra voz: la traducción auténtica en la literatura dominicana

El aclamado autor Jason Reynolds describe la obra como "extraordinaria", destacando cómo la historia muestra a "un niño que está seguro de su propia magia en medio de los adultos dudosos que lo rodean".

La propia Jasminne Méndez, autora de "Aniana del Mar Jumps In", comenta: "Un libro excelente para cualquier joven que haya luchado por encontrar las palabras y la fuerza para hablar y defenderse a sí mismo".

El libro también ha sido elogiado por incluir naturalmente frases en español que reflejan las raíces del protagonista, añadiendo autenticidad y profundidad cultural a la narrativa.

Quizás lo más valioso de esta obra sea su mensaje de empoderamiento. Como dice Paulino sobre lo que espera que los lectores saquen de su libro: "Es para los jóvenes que sienten que no están siendo vistos, que hay algo que esperan hacer, y tal vez sienten que no hay espacio para ellos. Es una invitación a dar un paso hacia esa cosa".

Este mensaje conecta profundamente con la realidad dominicana, donde muchos jóvenes, especialmente aquellos con experiencias distintas a la mayoría, a menudo luchan por encontrar su voz y su lugar.

La historia de Alex ofrece un ejemplo de perseverancia y valentía que puede inspirar a cualquiera, sin importar de dónde venga.

Conclusión

"El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" es una valiosa adición a los libros dominicanos de hoy.

Con su formato en verso, su forma sensible de hablar sobre la neurodivergencia y su mensaje sobre la importancia de defender lo que uno es, Jasminne Paulino ha creado un libro que amplía lo que la literatura dominicana puede ser y hacer.

En un momento en que las voces dominicanas que escriben desde otros países están enriqueciendo nuestra literatura, esta obra brilla como un ejemplo de cómo los autores dominicanos están abordando temas actuales con sensibilidad y relevancia cultural.

Sin duda, "El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez" marcará un antes y un después en los libros dominicanos para jóvenes, abriendo el camino para futuras historias sobre la diversidad neurológica y la experiencia adolescente desde nuestra mirada caribeña.


Ángela Abreu

Ángela "Angy" Abreu es la fundadora y directora ejecutiva de la Dominican Writers Association (DWA), una organización sin fines de lucro 501(c)(3) dedicada a amplificar y promover las obras de autores dominicanos en los Estados Unidos. Como directora ejecutiva de DWA, Angy está comprometida con el apoyo a escritores emergentes que buscan publicar sus obras, ya sea de manera tradicional o independiente, proporcionándoles herramientas, recursos y oportunidades para el desarrollo continuo de su talento. Su visión es integrar a estos escritores en el canon literario dominicano, enriqueciendo la narrativa, la visibilidad y la representación de la diáspora dominicana dentro del panorama literario global.


ORIGINAL EN: https://www.diariolibre.com/usa/opinion-usa/2025/05/09/literatura-dominicana-el-extraordinario-orbitar-de-alex-ramirez/3105874

jueves, 1 de mayo de 2025

DAMOS LA BIENVENIDA A «LA PRINCESA DE LOS CABELLOS PARA ARRIBA» DE MARY ROSE HERASME

 


 Definida como una historia de amor donde la Princesa Sam descubre cómo amarse tal cual es para junto a su madre despertar la autoconfianza y desarrollarse sin condicionamientos, LA NOCHE LARGA DE LOS MUSEOS del 17 de mayo de 2025, acoge la presentación de esta obra creada para la infancia.


Mary-Rose Herasme es Licenciada en Publicidad de la Universidad APEC, en Santo Domingo. MBA de la Universidad Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Se ha desempeñado en el área de relaciones públicas y comunicaciones. Ha colaborado con periódicos y revistas de circulación nacional.

jueves, 6 de marzo de 2025

¡FIESTAAAAA! SALE UN NUEVO LIBRO DE EVELYN RAMOS MIRANDA Y HENRY CID: Odette y las mariquitas de papel

 






ODETTE Y LAS MARIQUITAS DE PAPEL

Hubo un tiempo en que los suplementos culturales de los periódicos traían una columna dedicada a las muñequitas recortables. Se podían comprar en las librerías, coloridad y variadas. Jugábamos con ellas y era lamentable cuando las tijeras en nuestras torpes manos, les llevaban la oreja del doblez a los vestiditos. Había que pegarlas antes de recortar en un soporte de cartulina o cartón. Entonces no sabíamos que esos recortables ayudaban a nuestra destreza manual y coordinaciòn cerebral. Que los padres y maestros se daban cuenta de nuestra salud neurológica con ese juego...

El recurso existe cada vez más sofisticado, incluso vienen magnetizadas, pero hoy, con un libro, Evelyn Ramos Miranda nos lo pone en las manos contando una historia verosímil y cálida.

Me ha encantado el personaje Odette, a quien deseo larga vida y prosperidad.

¡Qué suerte tienen Marielys y Mairenys Cabral!
¡Felicitaciones a Evelyn y a Henry! ¡Dos súper estrellas de la literatura infantil dominicana!



EVELYN RAMOS MIRANDA

Poeta, ensayista, educadora y escritora de literatura infantil. Obtuvo una licenciatura en Educación Inicial y una maestría en Administración y Supervisión de Programas de Educación Inicial en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Ha ocupado importantes posiciones, tales como haber sido encargada de Educación de las Estancias Infantiles en el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), coordinadora educativa en el Consejo Nacional de la niñez (CONANI), catedrática en la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), además de Coordinadora y subdirectora de la Estancia Infantil y gestora cultural en la Casa de la Rectoría de ese mismo alto centro de estudios.


HENRY CID

Henry Cid es graduado de publicidad mención ilustración (Cum Laude) en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). 

Trabajó once años como diseñador gráfico e ilustrador en la revista  Al Compás, Listín 2000, ilustró para la revista OH Magazine, la revista UNO, revista a la moda y revista Ocasionales del periódico Listín Diario. Luego trabajó cinco años para Ediciones SM. Actualmente trabaja en Editorial Actualidad Escolar 2000 y como colaborador de la Revista Rexpuestas de educación sexual y en la Revista Nutritiva H. 

Dentro de los cuentos publicados encontraremos Mitología taína para niños “Y se los llevó el Sol” (1996), Jinete de Nubes (1998), Un pedacito verde en el corazón (Premio anual de Literatura Infantil 1999), Cuentos que contar (primer, Segundo y tercer concurso de Literatura Infantil-2000-2004), El trencito azul (2007), Juanito y su robot (Ediciones SM)-2007, Los colores de la navidad (2008), El niño que no pudo ser censado (2009), Un conejito con suerte (2010), El niño inventor y la bruja marleny (Premio nacional de Literatura Infantil 2010), Pedrito Chichigua (2011), Billy: el avecilla valiente (2012), El pacto de Guani (Alfaguara juvenil-2012). Agua de sal, entre muchos.

miércoles, 5 de febrero de 2025

Hadas en el Caribe, un cuento de Sandra Tavárez

La segunda semana de agosto siempre organizábamos una mini fiesta en la casa.  Preparábamos: mini pizas, mini hotdogs, mini burgers, mini cupcakes.  Crecí viendo aquel mundo que mágicamente aparecía una vez al año, al final leíamos un cuento en uno de los minilibros de mi mamá.  Una noche, al terminar la lectura, pregunté:  

—¿Hay hadas en el Caribe? 

—Con este calor, lo dudo, aunque tu mamá piensa diferente —respondió mi padre.  

—Tal vez hay —continué —y viven ocultas en las montañas. 

—Es posible —dijo mi padre, y agregó —ya es hora de dormir.

Mi madre me llevó a la habitación, mientras me arropaba le dije: 

—¿Me cuentas una historia que tenga hadas en el Caribe? 

—Es que sólo conozco una, y es un poco triste —dijo mi madre. 

—No importa, quiero escucharla —concluí. 

—¡Está bien!... Hace muchos, muchos años había una familia que vivía en un barrio muy pobre de una provincia del interior.   A veces no había comida suficiente para todos en la casa.  Un día Jane escuchó que sus padres iban a enviarla a la capital, a vivir con sus tías.   Ella pensó que, si se la llevaban, jamás volvería a ver a sus padres.   Miraba al cielo a través de una ventana, cuando le pareció ver una luciérnaga que se encendía y apagaba cerca del árbol de nísperos; pero no era una luciérnaga, dejaba una estela de luz a su alrededor.  Jane salió por la ventana y se acercó.  Vio que era más grande de lo que esperaba.  Sus alas eran transparentes, su cabello rizado sujetado a un lado con una florecilla amarilla, llevaba puesto un hermoso vestido de seda y en el dedo anular de la mano derecha tenía un anillo con un diminuto diamante verde. 

Todo era tan pequeño y sin embargo los detalles eran impresionantes. Jane estaba maravillada y dijo:

—Si fuera tan pequeña como tú, mis padres no tendrían que mandarme lejos, porque comería muy poco.  

De repente se escuchó la voz de la madre: 

—¡Jane! ¿Qué haces ahí?  Entra por favor. 

—¡Ya voy! —contestó, y se volvió hacia el hada y dijo —: Ayúdame, no me quiero ir, vuélveme tan pequeña como tú. ¡Te lo suplico!  

Esa noche, Jane vio el hada de nuevo, pero en un sueño, y ésta le susurró:  

—Hola, soy el hada Carib — después dijo unas palabras que Jane debía recordar, la tocó con su varita y se marchó.   

Jane despertó emocionada, pero su padre había salido y ella quería hacer su acto de magia frente a los dos, así que pasó todo el día inquieta esperando su llegada.  Al final de la tarde escuchó que bocinaban en frente de su casa y salió corriendo para ver quién era…

 Su padre había llegado con uno de sus amigos en una camioneta, ambos empezaron a bajar de ésta bolsas del supermercado repletas de alimentos. La madre fue a recibirlo y llevaron las bolsas hasta la cocina.  Luego se despidieron del amigo.   Jane y su padre empezaron a organizar todo.  La madre de inmediato se puso a preparar la cena.  Los tres estaban felices. Comieron en abundancia. Su padre les contó que consiguió un empleo y que su jefe le dio un adelanto para comprar alimentos.

Después de cenar, Jane se fue a la cama.  Estaba tan contenta, que se había olvidado del hada, cuando una luz brillante en la ventana la hizo mirar hacia allá, se levantó y el hada voló hacia ella.  Jane, con mucho entusiasmo, le dijo:

—Hola hada Carib, muchas gracias, pero ya no necesito el deseo.  Todo se resolvió, no me van a mandar lejos.

El hada se veía preocupada, volaba en círculos, se mordía las uñas, parecía decir algo, pero Jane no la escuchaba con claridad, así que se sujetó el cabello con una mano, dejando sus orejas descubiertas, y le dijo:

—Acércate.

El hada se acercó lo suficiente y repitió el encanto que había lanzado sobre ella:

—Porque así lo has deseado sólo debes decir: «quiero ser tan pequeña cual mazorca de maíz». Aún si no lo dijeras ya no hay vuelta atrás porque en quince exactos se hará realidad.

—Pero, no lo necesito —repitió Jane.

—En quince se cumplirá —confirmó el hada.

—¿En quince qué? —preguntó Jane.

—No lo sé —dijo algo confundida el hada.

—¿Cómo que no lo sabes? —dijo Jane con tristeza. 

—Es que me lo aprendí de memoria y en realidad no se me ocurrió preguntar —agregó el hada.

—Pregunta ahora —dijo Jane esperanzada.

El hada empezó a llorar, lágrimas brillantes como hilos de plata bajaban por sus mejillas y continuó:

—No puedo… Estoy sola… Me extravié…

—¿Cómo que te extraviaste?

—Mis hermanos y yo viajaríamos al norte, tan al norte como ningún hada ha viajado, veríamos una aurora boreal.

—¿Y eso qué es? 

—Es un fenómeno espectacular, el cielo se llena de colores. Es como si decenas de arcoíris estallaran al mismo tiempo. En fin, quise adelantarme a mis hermanos para llegar primero y erré el camino, luego me atrapó una gran tormenta y terminé aquí, no sé cómo regresar a casa. Desde que llegué, nunca me había acercado a nadie, hasta que me encontraste.

—¿Qué podemos hacer? —preguntó Jane.

—Hay que esperar —dijo el hada.

—¿Esperar qué? —preguntó Jane.

—Quince —contestó el hada.

—¿Quince qué? —volvió a preguntar Jane. 

El hada se quedó pensativa por un momento, luego dijo: 

—A ver, tu deseo fue concedido a las seis de la mañana, así que no son quince minutos.  La siguiente medida es quince horas… Vamos a ver, ¡no soy buena para las matemáticas! —y empezó a contar con los dedos, al terminar dijo—: A las nueve son quince horas —miró el reloj que estaba en la pared, faltaban quince minutos para las nueve.   Ambas se quedaron mirando el reloj hasta que dieron las nueve en punto.

—No pasó nada —dijo Jane con alegría.  

Ambas saltaban felices.  Se escuchó la voz de la madre:

—¿Jane, estás bien? 

—¡Sí mami! 

—Ya duérmete. 

—Lo haré.  

El hada Carib se despidió, Jane le dijo:

—¿Adónde vas? ¿Por qué no te quedas conmigo? 

El hada le explicó:  

—¿Ves la cima de aquella montaña? Ahí es donde estoy viviendo ahora.  No sé dónde están mis hermanos, pero debo decirles dónde estoy. Cuando estamos lejos usamos la luz para comunicarnos. Durante el día duermo entre las copas de los árboles para tener energía suficiente, y todas las noches les envío un mensaje.  Si alguno de mis hermanos lo ve, sabrán que soy yo.  Y con una sonrisa agregó:

—No te preocupes, volveré cuando hayan pasado quince, a partir de la hora del encanto.

—¿Quince qué? —preguntó Jane.

—Quince días —respondió el hada y se alejó. 

 

A la madre le sorprendió el repentino interés de la niña en los días, el padre le trajo un enorme calendario y lo colocó en la pared de su habitación.

La niña había marcado el día en que él empezó a trabajar y pensó que estaba emocionada por eso o que tal vez quería pedirle algún juguete, así que se adelantó y le compró un hermoso juego de té.  La expresión de la niña le sorprendió:

—Gracias, creo que lo voy a necesitar —y se llevó la caja a su habitación sin abrirla.

Al amanecer del día quince llegó el hada Carib y le susurró al oído:

—Despierta Jane.

Jane abrió los ojos, miró el reloj y vio que faltaban quince minutos para la seis.  Como la vez anterior, ambas se quedaron mirando el reloj. A las seis en punto Jane miró sus manos y sus pies y al ver que todo estaba del tamaño adecuado saltó de la cama y empezó a brincar en el piso. Se escuchó la voz de la madre:

—¿Jane, ya estás despierta? 

—Sí, mami. 

—Voy a ayudarte en unos minutos —agregó la madre—. El hada Carib le susurró al oído:

—Volveré cuando hayan pasado quince.

—¿Quince qué?

—Quince semanas.

De inmediato Jane corrió hacia su calendario.  Ya había aprendido a contar, así que calculó la fecha en que regresaría el hada, siempre contando a partir del día del encanto. Dibujó allí un par de alas.

Al amanecer de la semana quince, llegó el hada Carib y le susurró:

—Despierta Jane. 

—¿Ya es hora? —dijo Jane algo somnolienta. 

—Faltan quince —dijo el hada, ambas miraron el reloj y esperaron a que fueran las seis en punto. 

—¡Nada! ¡No pasó nada! —dijo Jane.

Las dos estaban felices, el hada se acercó y dijo:

—Volveré, cuando hayan pasado quince.

—¿Quince qué? —preguntó Jane. 

—Quince meses —respondió el hada y se fue. 



El padre de Jane estaba un poco preocupado, ella dejaba la mayoría de sus juguetes empacados, como si los estuviera guardando para algo, un día él se acercó y le preguntó: 

—¿No te gustan los juguetes que te compro? 

—Claro que sí papi —dijo ella con sinceridad. 

—Si quieres se lo podemos regalar a otra niña. 

—No papi, es que los voy a necesitar.—. El padre rio sin entender lo que la niña decía, aun así, para seguirle el juego preguntó:

—¿Hay algo más que puedas necesitar? 

—Sí, sería bueno tener una casa. 

—Pero tenemos una casa. 

—Quiero decir una casita, que tenga todo lo de una casa grande. 

—¿Para tus juguetes? —preguntó el padre. 

—Sí, y para mí —contestó ella con firmeza. 

Al día siguiente empezaron a diseñar la casa, el padre dibujó una puerta diminuta y le preguntó:

—¿Te parece bien así? 

—No —contestó ella —debe caber una mazorca de maíz.

Él sonrió, hizo lo que sugería la niña y dibujó todo en proporción al tamaño de la puerta. La construcción de la casa se convirtió en un proyecto de toda la familia, el padre dijo que debía tener buena iluminación, la madre diseñó unas hermosas cortinas, al terminar se dieron cuenta que faltaban algunos muebles, así que cada vez que el padre cobraba su sueldo traía un juguete nuevo, pero ahora en vez de dejarlo en la caja, Jane lo colocaba de inmediato en el lugar adecuado, hasta que estuvo amueblada.

Pasó el tiempo y al amanecer del mes quince, llegó el hada Carib y le susurró al oído: 

—Despierta Jane. 

Jane despertó y preguntó:

—¿Ya es hora? 

—Faltan quince —contestó el hada.

Ambas se quedaron mirando el reloj, hasta que marcó las seis en punto.

—¡No puede ser! ¡Estoy igual!—. Los gritos de Jane se escucharon en toda la casa.  El hada Carib también estaba feliz, daba vueltas en círculos llenando de luces brillantes toda la habitación. De repente se escuchó que alguien se aproximaba a la puerta.  El hada Carib se acercó a Jane y le dijo:

—Volveré cuando hayan pasado quince.

—¿Quince qué? —preguntó Jane. 

—Quince años —respondió el hada—. El padre de Jane abrió la puerta y aún había polvo de hadas flotando en la habitación.

—¿Qué sucede aquí? ¿Qué estás haciendo? —preguntó el padre confundido.

—¿Qué pasaría si un día yo fuera tan pequeña que necesitara vivir en la casita? —preguntó Jane entristecida.

—La casita fue hecha para ti, así que pienso que serías feliz en ella —dijo el padre mientras la abrazaba, y agregó: —Además no estarías sola, tu madre y yo estaríamos contigo.

Pasaron los años y lejos de empequeñecerse Jane empezó a crecer como estirada por un resorte.  La madre se sorprendió cuando un día el padre llegó con un auto eléctrico a escala. Anteriormente, le había comprado un juego de pesas, una caminadora y una bicicleta estacionaria, hizo un anexo a la casita y los colocó allí. La madre pensó que ya era tiempo de hablar con él, se acercó y con dulzura de dijo:

—La niña ya creció, ¿por qué sigues comprándole juguetes? 

—Es por si un día los necesita —dijo el padre. La madre no entendió la respuesta y él no sabía cómo explicarle, así que ambos permanecieron en silencio hasta quedar dormidos.

En el amanecer del año quince, el hada Carib entró por la ventana, pero Jane no estaba dormida, estaba sentada en el suelo frente a la casita.

—¿Ya es hora? —preguntó Jane. El hada no contestó y ambas se quedaron mirando el reloj hasta que fueron las seis en punto.  Hubo un estallido de luz en toda la casa, el padre se despertó y corrió a ciegas hasta la habitación de Jane.  Entró y la luz empezó a disiparse poco a poco, aún no podía enfocar con claridad y preguntó:

—Jane, ¿dónde estás? 

Nadie respondió, era como si su hija hubiera desaparecido junto con la luz.  Estaba aterrado, salió corriendo de la habitación y regresó en unos segundos. Se acostó en el piso. Tocó la puerta de la casita.  Jane abrió.

—Tengo un regalo para ti —dijo el padre con ternura.

—¿Qué es? —preguntó Jane. 

—Ábrelo —invitó el padre. 

—¡El principito! —dijo ella emocionada y hojeó el diminuto libro que era del tamaño perfecto para sus manos. 

—En la casita tienes todo lo que necesitas, excepto libros — dijo el padre. 

—¿Traerás más?  

—Claro, mañana mismo lo haré—. Ambos rieron y en ese momento salió el hada Carib.

—Lo sabía —dijo el padre—, sabía que te había visto.

Ambas le contaron al padre lo que había sucedido, él escuchó el relato con atención, al final el hada Carib dijo:  

—Debo irme mis hermanos me esperan.

—¿Tus hermanos? —preguntó Jane.  

—Sí —respondió el hada—, durante todo este tiempo estuvieron buscándome y hoy me encontraron.

Le pasó una extraña florecilla de color verde y como siempre dijo: 

—Volveré dentro de quince.

—¿Quince qué? —preguntó Jane angustiada.

—Mis hermanos crearon la flor para ti, cómela ahora y la magia se revertirá en quince años —dijo el hada y se fue por la ventana.

El árbol de nísperos brillaba con luces intermitentes, eran los hermanos del hada Carib que la esperaban.

—Habrá que construir algunos libreros para la casita —dijo el padre.

—¿Por qué? —preguntó Jane.

—En quince años necesitarás muchos libros.

La narración de la historia fue interrumpida, mi padre se paró en la puerta de la habitación y dijo:

—Jane, por favor, ya deja que la niña se duerma.  

Abrí la boca sorprendida:

—¡Eras tú! 

De repente todo tenía sentido.  La casita llena de juguetes que conservaba el abuelo, las mini fiestas que año tras año organizábamos, los minilibros que leíamos. Con entusiasmo dije:

—¡Mami, la niña de la historia eras tú… eres Jane!  

—Para ti sigo siendo mami —me cubrió con la sábana, me besó en la frente y al salir apagó la luz de la habitación.

Estaba emocionada, me levanté y miré por la ventana, al igual que en la casa del abuelo teníamos un árbol de nísperos, vi luces intermitentes en él, pensé que podrían ser hadas, pero esta vez sólo eran luciérnagas. 

Sandra Tavárez


SANDRA TAVÁREZ por Rafael Peralta Romero

Mi primer encuentro literario con Sandra Tavárez tuvo efecto en el 2012 porque ambos resultamos galardonados en el segundo Concurso de Cuentos sobre Béisbol, organizado por el Ministerio de Cultura. En ese certamen yo obtuve el tercer lugar y ella ganó una de las menciones con su cuento “Conceptos de sacrificio”. En sus datos biográficos aparece que también había ganado en el primer concurso de cuentos sobre béisbol en el 2008.

Con su libro “Límite invisible”, mi encuentro con esta cuentista adquiere otra dimensión. Este libro permite aquilatar su talento narrativo y su visión de la sociedad y de inmediato puedo decir que hay en ella una escritora que no evade temas y que en su enfoque de las realidades que trata siempre aparece su preocupación por cómo ocurren las cosas.

Su trayectoria literaria revela en Tavárez una buena disposición para la creación literaria, particularmente, para el cuento. La disposición se vincula directamente con la aptitud, que es un desembarazo, una soltura para emprender una determinada acción que alguien tiene a su cargo o necesita realizar. Tavárez muestra proporcionada disposición, que es una condición esencial para escribir cuentos y no tomar esta labor como una afición, sino como un oficio.

Es graduada en contabilidad, una profesión que le aporta poco -no he dicho que nada- a su vocación literaria. No obstante, Tavárez ha venido abriéndose paso para materializar el propósito de expresar lo que tiene que expresar. No se puede ser escritor si uno no tiene algo que decir, diría que la persona podría manejar adecuadamente las técnicas y servirse holgadamente de los recursos formales, sin embargo, si el escritor no tiene nada que decir, no podrá producir su obra.

Y esto es muy importante, porque muchas veces a ciertos escritores se le va la vida pensando en una obra que tienen en su mente y que sueñan escribir, pero que por falta de disposición no la plasman. Reitero que el talento conlleva disposición, van juntos, entonces estoy elogiando de esta escritora su disposición como he podido apreciar en su libro “Límite invisible”.

La narrativa de Sandra Tavárez demuestra que la autora está consciente de que el cuentista tiene una responsabilidad social que consiste en testimoniar su época. Aunque lo cito de memoria, quiero recordar un dicho de Juan Bosch, quien ha escrito en sus Apuntes sobre el arte de escribir cuentos que quien nace con la vocación de cuentista tiene un don que está obligado a poner al servicio de la sociedad.

Es que, sin ser historiador ni periodista, el cuentista recoge la memoria de su tiempo y transmite ideas y sentires colectivos e, incluso, y ahí están los filólogos para demostrarlo, transmiten formas de hablar que representan materia de estudio para los lingüistas, sobre todo cuando del habla popular se trata. Nada como la narrativa para mostrar esos hechos de lengua, esos matices con los que la gente vigoriza su léxico cotidiano. La obra de Sandra Tavárez no está exenta de esto.

Nuestra autora no es ajena a lo que ocurre en su derredor, tampoco se ocupa del realismo fotográfico que reproduce la realidad tal como es. La escritora santiaguera, más bien parte de esos hechos reales para elaborar el texto literario conforme a su sentir, de su conocimiento de la lengua, de su gusto literario y desde luego de sus lecturas. Ella distribuye acotaciones de índole metafísica o surrealista con todo y que estemos hablando de que su obra parte del realismo.

En estos cuentos, se siente vida humana, gente en aeropuertos, gente que disfruta el amor carnal, gente que hace lo que es propio de humanos. Pienso que “Límite invisible”, que creo su primer libro, revela en Sandra Tavárez aptitudes bien definidas para desarrollar en ella una cuentista de gran categoría.


Sandra Tavárez y el director de la BNPHU: Rafael Peralta Romero




"El Extraordinario Orbitar de Alex Ramírez": Jasminne Paulino y su aporte a la literatura dominicana por Ángela AbreuÁngela Abreu

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